Final de la hegemonía kirchnerista: Macri derrotó a Scioli y es el nuevo presidente

ELECCIONE 2015

BUENOS AIRES.- La Argentina ha dado ayer un giro rotundo. El triunfo de Mauricio Macri pone fin a 12 años de hegemonía kirchnerista e inaugura una nueva etapa institucional, inédita, en la democracia argentina.

Las encuestas esta vez no se equivocaron. El candidato de Cambiemos y jefe de gobierno porteño revirtió el resultado de la primera vuelta del 25 de octubre y se impuso en el primer balotaje de la historia sobre el candidato oficialista Daniel Scioli por una diferencia de casi 3 puntos.

Macri será el primer presidente electo que no proviene ni del peronismo ni de la UCR desde la primera mitad del siglo pasado. En un sentido, la elección de ayer, tanto por el signo de la fuerza como por la llegada de una nueva generación al poder, configura un nuevo escenario político, el del nuevo siglo.

Macri apareció cerca de las 10 de la noche en el escenario de Costa Salguero. Fue presentado por su compañera Gabriela Michetti y la primera línea de la dirigencia de Cambiemos. Rechazó “revanchas” y dijo que su triunfo representaba “un cambio de época”. Repitió sus consignas de campaña -unir a los argentinos, reducir la pobreza y derrotar al narcotráfico- y prometió abrir a la Argentina a una agenda de cooperación “con todos los países del mundo”. Defendió el espíritu “emprendedor” de los argentinos. “Ustedes con su voto hicieron posible lo imposible”, aseguró eufórico. Su primer agradecimiento fue para sus aliados Lilita Carrió, de la Coalición Cívica, y Ernesto Sanz, de la UCR.

Scioli reconoció la derrota pasadas las 9 y media de la noche. Acompañado por su compañero de fórmula, Carlos Zannini, y por su mujer y su hija, dijo que había llamado a Macri para felicitarlo y agradeció el esfuerzo de la militancia. “Soy profundamente demócrata y respetuoso de la voluntad popular”, afirmó. Dijo haber defendido sus ideas con convicción, defendió tanto la larga gestión kirchnerista como la suya se reivindicó “justicialista”. Derrotado, Scioli dio uno de los mensajes más compactos que se le recuerden. El dato sobresaliente es que no mencionó a la presidenta Cristina Kirchner.

La candidatura de Macri siguió un rumbo ascendente firme desde las elecciones primarias del 9 de agosto pasado, cuando se impuso en la interna de su espacio y sumó un 28,5% de los votos. Alcanzó un 34,1% en la primera vuelta en octubre -apenas tres puntos debajo de Scioli-, con 8,6 millones de votos, y trepó ayer por encima del 51% del electorado.

Un elemento significativo es que Macri acortó la distancia en la Provincia de Buenos Aires, donde en octubre había ganado Scioli por casi cinco puntos. Anoche, en el principal distrito electoral, que concentra a casi cuatro de cada diez electores de todo el país, el gobernador llevaba una diferencia de apenas dos puntos sobre Macri. La victoria de María Eugenia Vidal, que le arrebató la gobernación al peronismo después de casi 30 años, fue una palanca para que Cambiemos llegara a esa paridad.

El mejor desempeño de Macri fue en realidad en la región central del país, donde consiguió registros inéditos en la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba (alcanzó casi el 72% de los votos), Mendoza y La Pampa, donde se concentra más del 60% de los electores. Se impuso finalmente en nueve distritos: también ganó en Jujuy, La Rioja, Entre Ríos y San Luis.

Scioli, sin embargo, se impuso en otras 15 provincias: en Río Negro y Neuquén, en Buenos Aires, Chubut, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chaco, Formosa, Misiones, Salta, San Juan, Santiago del Estero (superó el 71%), Catamarca, Tucumán y Corrientes.

El voto en blanco no fue noticia. Había sido de algo más del 5% en las primarias de agosto, cayó a 2,5% en octubre y ayer se hundió en un 1,19%.

El triunfo de Macri había sido anticipado por las mediciones en los días siguientes a la primera vuelta. Pero podría decirse que fue ese mismo domingo cuando su victoria se instaló en el ambiente. La aparición de Scioli, a poco del cierre del comicio, con un discurso fuertemente crítico de Macri fue una de las primeras señales en esa dirección. El despliegue de una campaña negativa del oficialismo, último recurso ante un rival en ventaja, lo confirmó días más tarde.

La señal de cable C5N, de Cristóbal López, asumió la responsabilidad de ser el primer medio del sistema oficialista en dar la noticia del triunfo opositor. En realidad, se anticipó a todos. A las 6 de la tarde, horario del cierre de la elección, imprimió el graph “Ganó Macri” en la pantalla y de inmediato avanzó en el análisis de un gobierno de Cambiemos. El canal había recibido duras críticas cuando, el día de la primera vuelta, anunció un triunfo contundente de Scioli y la victoria de Aníbal Fernández en la provincia de Buenos Aires.

El destino político de Scioli es incierto. Después de más de una década de sujeción al kirchnerismo es improbable que tenga un lugar en la nueva reconfiguración del peronismo. En su entorno más próximo admitían que Scioli no va a poder eludir su responsabilidad en la estrategia que lo llevó a la derrota, en la que es excluyente su decisión de subordinarse al relato kirchnerista hasta el final de su campaña. Desperfilado, Scioli fue votado por una importante porción del electorado, pero en algún sentido, no fue candidato de nadie.

Hace pocos días se empezó a escuchar en la Casa Rosada que la Presidenta había escogido como candidato a Scioli porque era un pedido de los gobernadores y de la mayoría de los dirigentes el peronismo.

Como durante su voto en Río Gallegos, anoche, la Presidenta recuperó cierto protagonismo: trascendió que había llamado a Mauricio Macri y lo había invitado a Olivos a discutir la transición. Para muchos, su profecía autocumplida.

Walter Curia

wcuria@rionegro.com.ar