La crisis del submarino abre un frente de conflicto político

La crisis del submarino ARA San Juan, que atraviesa su hora más oscura, generará consecuencias políticas. Una de ellas es el recambio en la cúpula de la Armada, que encabeza el almirante Marcelo Srur, y, probablemente, también en el Ejército y la Fuerza Aérea. El ministro de Defensa, Oscar Aguad, resistiría en su cargo.

Ayer, insólitamente, la última conferencia de prensa del día de la Armada estuvo destinada a desmentir las versiones sobre la presunta demora en iniciar la búsqueda y las fallas de comunicacion entre la marina y el gobierno. “Trabajamos mancomunadamente desde el primer día”, afirmó el vocero Enrique Balbi en un texto leído. También se permitió responder a los familiares, que en medio del dolor cuestionan el estado de las unidades en las que viajan sus parientes: “Ninguna zarpa si no está en condiciones operativas, con total seguridad”, dijo el vocero.

De todos modos ya está instalado que el disgusto del gobierno con el almirante Srur tiene su origen en que demoró 48 horas en informar sobre la novedad de que se había perdido contacto con el submarino San Juan. La última vez que la nave se comunicó con tierra fue el miércoles 15 a las 7:30, y debía volver a hacerlo ese día a la tarde-noche. El cumplimiento del protocolo que invoca la Armada no es razón suficiente para un caso de tamaña gravedad.

Las versiones no son coincidentes sobre lo que se habló en ese último contacto. ¿Le dieron la orden al submarino para que continuara viaje a Mar del Plata pese a que había reportado un incidente en las baterías? ¿O fue el capitán del submarino, Pedro Fernández, el que tomó la decisión de seguir con la ruta?

Lo cierto es que la Armada confeccionó un memo interno con las novedades con carácter de parte secreto, y no envió una copia al ministro Aguad, en ese entonces de viaje por Canadá.

Aguad, que era ministro de Comunicaciones, saltó a Defensa cuando el titular de esa cartera, Julio Martínez, anunció que competiría en las elecciones en La Rioja.

De acuerdo con trascendidos, las diferencias entre Srur y Aguad tendrían origen en que el ministro se inclinó por la Fuerza Aérea en la compra de cinco aviones Super Étendart a Francia. Esos aviones se los disputaba la Marina.

Con la crisis ya instalada, el presidente Maurio Macri y Aguad fueron al edificio Libertad para pedir información sobre el submarino. Fue un gesto más político que práctico, señal de lo que se viene.

Trabajo a contrarreloj

en Comodoro

La Armada argentina mantenía ayer una intensa búsqueda en el área donde se sospecha que podría estar el ARA San Juan, mientras en Comodoro Rivadavia se apuraban los trabajos en el Sophie Siem, el barco noruego que llevará un mini submarino norteamericano de reconocimiento y rescate a la zona. Un grupo de más de 20 soldadores trataban de armar una compuerta en la parte de atrás del barco para que, cuando esté en el océano, el mini submarino pueda salir . Los trabajos llevarían hasta el sábado. Este módulo de rescate presurizado puede sumergirse hasta 600 metros para la conexión y acoplamiento con un submarino en el piso del océano y rescatar hasta 16 personas por vez. Por su parte, “el Skandi Patagonia con personal de la Armada y equipamiento de rescate de Estados Unidos, inició la búsqueda en el área de operaciones.

“Ninguna nave zarpa si no está en condiciones operativas con total seguridad. Se lleva el registro operativo de cada una de ellas”

Enrique Balbi, vocero de la Armada, en la conferencia de prensa de anoche.