Autos: el resfrío de Brasil que engripa a la Argentina

La industria automotriz argentina está inmersa en su propio laberinto, el que nació y creció a partir de una relación carnal con Brasil para el intercambio comercial en este rubro estratégico.

Brasil, se sabe, es un gigante en todo sentido: en su economía, territorialmente, en cantidad de habitantes, en consumo. Y tiene por ello un potencial enorme cuando su desarrollo marcha por los carriles normales. Pero los que dependen de él sufren cuando el gigante se enferma. Y este es el caso de Argentina en estos momentos en lo que se refiere puntualmente a la industria automotriz.

El vecino país y principal socio del Mercosur está en crisis. Hace unos pocos años atrás llegó a vender en su mercado interno casi 4 millones de vehículos nuevos y tiene una capacidad instalada para producir 10 millones de unidades por año. Pero hoy, con suerte y viento a favor, alcanza a colocar 2 millones de vehículos nuevos por temporada, como ocurrió el año pasado.

Aunque produce muchos menos autos que en sus épocas doradas su maquinaria no se detiene, y como no tiene la contención adecuada en su mercado interno comienza a mirar hacia afuera. Allí aparece en el horizonte la Argentina como el lugar ideal para colocar estas unidades que “le sobran”. Una situación que no resulta gratis para la industria y el mercado local.

Actualmente, de cada 10 autos que se venden en la Argentina, 7 son producidos en Brasil. Es por ello que a pesar de que el mercado nacional espera colocar este año 800.000 unidades cero kilómetro, la realidad demuestra que se trata de una buena noticia a medias.

Una de las consecuencias directas de esta invasión de vehículos producidos en Brasil es su impacto sobre la industria argentina y que mantiene a varios trabajadores en vilo, quienes no concurren a su lugar de trabajo aunque sí reciben un porcentaje de su salario que ronda el 80 por ciento. Estos trabajadores son los que fueron incorporados en turnos extra por las automotrices locales cuando las ventas internas y las exportaciones tenían un ritmo ascendente, pero luego quedaron cesantes cuando la dinámica del mercado cambió, en buena medida por lo que ocurrió en la economía brasileña.

Acuerdo comercial

La invasión de autos provenientes de Brasil podría ser aún mayor si no existiera ningún tipo de traba al libre intercambio, pero entre ambos países hay establecidas ciertas condiciones que impiden que esto ocurra.

El acuerdo firmado entre ambas naciones es un flex comercial que indica que por cada dólar que se exporte desde Argentina hacia Brasil en el rubro automotriz, nuestro país podrá recibir una contraparte de 1,50 dólar proveniente del socio mayor.

En la industria sostienen que esto no se está cumpliendo “porque nadie controla”.

Uno de los que advirtió sobre esta situación fue el secretario General de Acara, Rubén Beato, quien dijo en una entrevista que “queremos un mercado nacional con trabajo nacional, vemos que la industria esta cada vez más delicada y sabemos que nuestros clientes son los que cuentan con poder adquisitivo y capacidad de ahorro”.

Tradicionalmente, Brasil recepciona el 60% de las exportaciones de autos que realiza la Argentina y despacha hacia este lado el mismo porcentaje, pero en estos momentos esos números están desfasados en dólares y la industria local toma nota porque ve que queda en desventaja frente a su socio comercial.

No obstante esta realidad, hay indicadores que permiten avizorar otro panorama antes de que finalice este año. En abril, Brasil mostró por primera vez en esta temporada un aumento leve en las ventas de autos, un indicio de que el mercado estaría dando los primeros síntomas de recuperación. A su vez, Argentina está negociando nuevos mercados para exportar vehículos y no tener que depender tanto de su socio, que cada vez que se resfría la hace sufrir.

Balanza deficitaria

La exportación muestra algunos tibios síntomas de recuperación

Argentina exportó 40.193 automotores en el primer trimestre de este año, 4.935 unidades más que en similar período del año pasado, lo que marcó un incremento del 14% en la comparación respecto de igual tramo de 2016. Su principal comprador fue Brasil, que absorbió 24.335 unidades y tuvo una participación del 60,5% en el total de exportaciones realizadas en el trimestre en volumen, y el 63,2% si la medición se realiza en dólares.

El universo de clientes a los cuales Argentina les provee vehículos cero kilómetro es amplio, ya que son 33 los países que en la actualidad le compran a las fábricas que producen en el país.

Cabe destacar que el vecino país compró 4.482 unidades menos en el trimestre, pero la caída fue compensada con la mayor cantidad de automotores que salieron hacia países de Centroamérica, México, Perú y Chile.

Por otro lado, Argentina no sólo recibió -y recibe- muchos vehículos producidos en Brasil, sino que también se abastece de otros mercados cuyos modelos pertenecen en su mayoría al segmento premium. Este segmento estuvo largo tiempo limitado por las trabas a las importaciones, debido a la intención de la gestión anterior de detener la salida de divisas a causa de este tipo de bienes. Con la liberación del canal comercial, se produjo el retorno de diversas firmas relacionadas con el segmento, y en otros casos, algunas compañías establecidas han promovido la incorporación al mercado local de modelos tope de gama que previamente no eran comercializados en nuestro país, según publicó la Consultora IES en un reciente informe sectorial.

Dentro de un panorama ascendente en la mayoría de los casos, las importaciones originadas en Brasil crecieron un 49,9%; las provenientes de México lo hicieron en un 54,1%; las de Alemania, 262,8%; las de los Estados Unidos, 280,8%; y las de España, un 527,1%, siendo estos cinco incrementos los más relevantes, de acuerdo con los valores totales que se manejaron en el primer tramo de este año. En el caso de España, su gran crecimiento en las importaciones se debe a la incorporación de modelos fabricados en ese país, tal es el caso del Citroën C-Elysée y más recientemente el Peugeot 301.

De a poco, Argentina se ha convertido en un polo de fabricación automotriz cuyo dominio especializado está en la venta externa de vehículos utilitarios.

“Queremos un mercado nacional con trabajo nacional, vemos que la industria está cada vez más delicada y sabemos que nuestros clientes son los que cuentan con poder adquisitivo.”

Rubén Beato, secretario general de Acara.

“El que decide sobre la cuestión (del flex) es el Estado, la facultad de control es del Estado, la autoridad es esa. Nosotros nos tenemos que ocupar de las ventas internas.”

Dante Álvarez, presidente de Acara.

“El comienzo del 2017 genera expectativas favorables gracias a los avances en la inserción de automotores argentinos en la región.”

Alejandro Ovando, director de Consultora IES.

Datos

millones de dolares fueron las ventas externas de la industria automotriz argentina para el período enero–marzo de 2017.
872,1
millones de dólares alcanzaron las compras al exterior realizadas en el mismo período.
1.819
millones de dólares fue el saldo comercial automotriz entre Argentina y Brasil en el primer trimestre de 2017 que muestra que no se cumplió el flex.
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De a poco, Argentina se ha convertido en un polo de fabricación automotriz cuyo dominio especializado está en la venta externa de vehículos utilitarios.
“Queremos un mercado nacional con trabajo nacional, vemos que la industria está cada vez más delicada y sabemos que nuestros clientes son los que cuentan con poder adquisitivo.”
“El que decide sobre la cuestión (del flex) es el Estado, la facultad de control es del Estado, la autoridad es esa. Nosotros nos tenemos que ocupar de las ventas internas.”
“El comienzo del 2017 genera expectativas favorables gracias a los avances en la inserción de automotores argentinos en la región.”

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