3 de Mayo quedó reducida a chatarra

Según la empresa que hasta el 2015 manejaba los colectivos de Bariloche, no devolvieron ni el 10% de lo que incautó el Municipio cuando le quitó la concesión.

La empresa Autobuses Bariloche ya no presta el servicio de transporte urbano en esta ciudad, pero todo indica que le va a costar un poco más desligarse de los conflictos. Desde ayer las líneas a su cargo pasaron a manos de la nueva concesionaria, Mi Bus (del grupo Semisa), que al menos en su primer día cumplió en un todo con las frecuencias programadas y logró sofocar las quejas.

Pero la tensión ya no estuvo en los paradores sino que se concentró en los depósitos y talleres ubicados en Rolando y Lengas, donde Autobuses montó su base de operaciones durante más de dos años, luego de una controvertida cesión de bienes decidida por el municipio.

Las instalaciones, herramientas y varios colectivos viejos transferidos a Autobuses pertenecían a la exconcesionaria 3 de Mayo, que desde el primer día impugnó la incautación. Ayer sus principales directivos se presentaron en el lugar dispuestos a recuperar los bienes.

Para contribuir al enredo, también ingresaron al predio a temprana hora César Goye y Sofía Boock, dos personas de edad avanzada que junto a un tercero de apellido Galván aseguran ser los verdaderos dueños de los terrenos y denuncian una defraudación por parte de 3 de Mayo. “Usaron esto durante años y nunca pagaron lo prometido”, aseguraron.

Se instalaron en una oficina, hasta que por la tarde se presentó el Jefe de Gabinete municipal, Pablo Chamatrópulos, y los desalojó con ayuda policial. El abogado de los supuestos propietarios, Marcos Miguel, dijo que se trató de un atropello porque no hubo orden judicial.

El secretario de Desarrollo Urbano del municipio Marcelo Ruival y la asesora letrada Natacha Vázquez encabezaron el registro de bienes, que fue refrendado por un escribano.

Rodolfo Rodrigo, patrocinante de los dueños de 3 de Mayo, dijo que ese trámite es de validez relativa porque esa empresa no había participado del inventario original, realizado en diciembre de 2014 por el municipio antes de la incautación.

“En ese galpón había 300 cubiertas con sus llantas, una rectificadora de campanas. No queda nada”, acusó. Dijo no encontraron “ni el 10%” de lo que había cuando se retiró 3 de Mayo.

Frente a los galpones, calle de por medio, se acumulan más de 20 colectivos derruidos, muchos de ellos incendiados, que años atrás recorrían las calles con el logo de 3 de Mayo. La asesora letrada municipal dijo pasado el mediodía que todavía el trámite no estaba concluido pero que de acuerdo al inventario de incautación faltaba “de todo”. Admitió que 3 de Mayo tiene una demanda judicial ya planteada por 23 millones de pesos, en la cual el municipio “hará valer sus derechos”.


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