¿Bariloche está preparada para una contingencia?

Después del histórico -25°C del 16 de julio, la percepción que prevalece en la calle es que el municipio y la CEB fueron sobrepasados en su capacidad de dar respuestas.

Las personas que nacieron en esta ciudad y aquellas que se radicaron hace varias décadas afirman que nevadas como las del invierno de 1984 no se volvieron a repetir en los años últimos. En esa ocasión, nevó con tanta fuerza que en algunos sectores de la ciudad se acumuló hasta un metro de nieve y en la base del centro de esquí casi el doble. Hubo rutas cortadas, calles intransitables, cortes de luz, se congelaron los caños de agua, hubo faltante de combustible por citar algunos trastornos. El servicio de transporte público circuló con dificultad varias semanas. Vecinos que vivían en el barrio Mutisias por esos años recuerdan que había que caminar varias cuadras para tomar el colectivo que sólo pasaba por la calle Brown.

Pasaron 34 años y algunos de esos problemas se volvieron a repetir en las nevadas intensas que cayeron días atrás. Un manto de alrededor de medio metro de nieve sorprendió la mañana del sábado 15 de julio a los residentes y turistas. Hacía mucho tiempo que no había un temporal de nieve de esa magnitud y provocó numerosos contratiempos. Problemas con la prestación de los servicios de luz y agua en varios sectores de la ciudad, calles intransitables, el aeropuerto cerrado durante dos días o funcionando de manera condicional, miles de turistas varados. Fueron dos días que dejaron la sensación de que la ciudad estaba desbordada. Los reclamos se multiplicaban y las soluciones tardaban, en algunos casos, demasiado.

¿Está preparada Bariloche para este tipo de contingencias? En las calles, la percepción es que aún falta demasiado. Que el gobierno municipal no estuvo a la altura de las circunstancias. Tampoco la CEB y algunos comerciantes y hoteleros.

Emergencia menor

Sin embargo, puertas adentro la evaluación del Ejecutivo municipal es distinta. “En la ciudad se atendió lo que se tenía que atender”, afirmó la subsecretaria de Protección Civil del municipio, Patricia Díaz.

“Fue una emergencia menor y se resolvió con recursos locales”, sostuvo. Indicó que las calles principales “se abrieron oportunamente y se mantuvieron transitables” durante el temporal. Señaló que hubo problemas con árboles y ramas caídas sobre líneas del tendido eléctrico. Pero descartó que el municipio no haya estado preparado .

“La circulación se garantizó y el servicio de transporte urbano si bien hubo demoras nunca dejó de funcionar”, destacó Díaz.

Recordó que el municipio tiene un plan de contingencias de nevadas desde el año pasado “y se actuó de acuerdo a ese plan”. Cuando se le pidió conocer el plan, explicó que sólo lo conocen las instituciones que forman parte de esa planificación como bomberos, Splif, Gendarmería y el Ejército.

Equipamiento

El subsecretario de Servicios Públicos de la municipalidad, Eduardo Garza, explicó que con temperaturas de cero grado o 2 grados sobre cero “se puede salir inmediatamente a las calles” a trabajar con las máquinas.

Pero comentó que la motoniveladora hace una pasada pero deja “una fina película de nieve” , porque no puede llegar hasta la tierra “porque corremos el riesgo de romper la cuchilla”. Por eso, se forma después con las heladas una capa delgada de hielo.

Indicó que entre la maquinaria que se incorporó y la que reparó hoy cuentan con 8 motoniveladoras. “Al iniciar la gestión había dos motoniveladoras y una fuera de servicio que era fácil de reparar”, recordó.

Dijo que lo mejor sería contar con otras tres motoniveladoras. “Tener once máquinas en la calle sería lo ideal”, afirmó Garza.

Recordó que Bariloche tiene el ejido más extenso del país. “Son 35 kilómetros de largo por 6 o 7 de ancho, con caminos vecinales”.

Dijo que el municipio tiene dos palas barredoras que se colocan delante de los camiones, pero el problema es que para que sean efectivas , deben circular a una velocidad mínima de 40 km/h. “Y al mismo tiempo ir tirando sal y arena, pero no se puede por el tránsito que tiene la ciudad”, señaló Garza.

Sal y arena

Cuando se le planteó que los días del temporal se escucharon numerosos reclamos porque el municipio no tiraba sal ni arena en las calles, Garza explicó que ese trabajo se hace en puntos estratégicos.

Además, observó que tienen que cuidar la sal que compra el municipio de Bariloche en San Antonio Oeste porque el flete es muy caro: “Entre 70.000 y 80.000 pesos y por eso la cuidamos”.

“Todavía tenemos stock, pero ya hemos hecho los pedidos para reabastecernos”, indicó.

Señaló que el día que la temperatura descendió hasta los 25 grados bajo cero (el registro más bajo de las décadas últimas) “tiramos entre 120 y 150 metros cúbicos de material en sectores estratégicos”.

Despropósito

Garza advirtió que no se puede arrojar sal en todas las calles porque todo ese material después va a los pluviales que desembocan en el lago Nahuel Huapi. Además, que es un material que queda sobre el asfalto y es corrosivo para los automotores.

Por eso, Garza insistió que los conductores deben usar cadenas para circular por la ciudad y no causar problemas.

“Es un despropósito pedirle a la municipalidad que tire sal y arena por todos lados”, sostuvo.

“Si ponemos a todos en la misma bolsa, municipio, aeropuerto, la CEB tal vez el balance no es el mejor. Pero si hablamos del área de Servicios hago un balance positivo”, puntualizó Garza.

“Hicimos la labor de despejar las calles para garantizar la circulación de los colectivos del servicio de transporte público. No tuvimos evacuados, no tuvimos gente aislada y llegamos a todos los barrios”, aseguró.

Dijo que el servicio de recolección de residuos sólo estuvo suspendido en la periferia y en la parte alta de la ciudad.

“Pero podemos mejorar”, afirmó. Para eso, sería importante incorporar a largo plazo dos o tres motoniveladoras y retroexcavadoras para cada una de las cinco delegaciones municipales. Y sumar equipos en la cantera municipal.

“Tuvimos tres días sin electricidad y problemas con el agua potable (…) No hay mantenimiento ni poda preventiva por parte de la CEB”.

Martín Domínguez, titular de la junta vecinal de Villa Los Coihues.

“Los gobiernos nos chamuyan todo el tiempo. Tuvimos dos familias con las casas inundadas y el municipio llegó con tres colchones y dos bolsas de leña”.

Virginia Gualmes, presidenta del barrio Nahuel Hue.

“Lo más crítico fue Aguas Rionegrinas que nos dejó 7 días sin agua potable. No fueron capaces de venir con un grupo electrógeno”.

Jorge Guzmán, presidente de la junta vecinal de Colonia Suiza.

“Los camiones pasaron y tiraron tierra en las calles del barrio y sólo hubo cortes de luz por las ramas que cayeron. Lo demás estuvo perfecto”.

Marlen Weyreuter, del barrio El Cóndor.

Datos

“Tuvimos tres días sin electricidad y problemas con el agua potable (…) No hay mantenimiento ni poda preventiva por parte de la CEB”.
“Los gobiernos nos chamuyan todo el tiempo. Tuvimos dos familias con las casas inundadas y el municipio llegó con tres colchones y dos bolsas de leña”.
“Lo más crítico fue Aguas Rionegrinas que nos dejó 7 días sin agua potable. No fueron capaces de venir con un grupo electrógeno”.
“Los camiones pasaron y tiraron tierra en las calles del barrio y sólo hubo cortes de luz por las ramas que cayeron. Lo demás estuvo perfecto”.

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