Bariloche: polémica por los campings cerrados por la presencia de pumas

Tras ser avistado, Parques Nacionales prohibió el acampe durante tres días en la zona de Mascardi. Los operativos de ahuyentamiento incluyeron disparos preventivos. Algunos prestadores están de acuerdo y otros protestan en forma airada.

La presencia de pumas obligó a cerrar campings y abrió la polémica

El avistamiento de pumas en el área Mascardi causó conmoción entre los prestadores turísticos, quienes se vieron afectados por la prohibición de acampe que impuso Parques Nacionales durante tres días, sumada a los operativos de ahuyentamiento, que incluyeron disparos preventivos.

Entre los responsables de campings hubo algunos que entendieron la situación, otros se quejaron en forma airada, y no falta quien asegura que “la temporada ya está perdida”.

La última irrupción registrada de un puma adulto ocurrió el domingo de carnaval alrededor de las 21 en el camping de ATE, donde un turista mendocino que se alojaba con su familia escuchó un ruido y se topó con el felino, que se había escondido debajo de uno de los “dormis”.

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La alarma no tardó en generalizarse, porque en el denunciante estaba acompañado de cuatro hijos y en el área había otros acampantes, con niños de corta edad.

Al día siguiente la intendencia del Parque Nacional dispuso que los campings de la zona debían ser desocupados y sólo estaba autorizado el uso diurno “hasta las 18”, con prohibición estricta de pernocte. La decisión se tomó porque en los últimos dos meses se produjeron “7 u 8” avistamientos en esa zona.

La medida afectó seriamente a los prestadores porque quedaban todavía dos días feriados en los que esperaban trabajar a capacidad completa.

En el camping Los Rápidos la intimación de Parques fue bien recibida y la mayoría de los turistas levantó sus carpas y se fue. Algunos se alojaron en los “dormis”, que no estaban comprendidos en la veda. En ATE ocurrió algo similar y de hecho la encargada, Charo Luna, aseguró el jueves que la gente sintió miedo y ella misma consideró que no existen garantías.

Por eso, aunque Parques volvió a habilitar los pernoctes desde el jueves, igual decidió irse y cerrar por este año, cuando lo normal es que trabajen hasta comienzos de abril.

Por el contrario, en el camping La Querencia, de la familia Boock, la decisión de Parques causó rechazo e indignación. Juan Pablo Boock dijo que no estaba justificado “semejante revuelo” y señaló que los guardaparques se presentaron a exigir el cierre del establecimiento “de mala manera, y sin ningún documento”.

Señaló que muchos de sus clientes se negaron a irse y propusieron hacerse responsables “por escrito” si hiciera falta.

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“Los guardaparques se comportaron mal, amenazaron con desalojar con Gendarmería, pero después la gente se quedó y no pasó nada. No vino ningún gendarme –señaló Boock–. Eso sí los guardaparques anduvieron esa noche haciendo disparos de armas de fuego y al día siguiente también. La gente se asustó. Esto nos corta la temporada”.

El intendente del parque nacional Nahuel Huapi, Damián Mujica, explicó que los disparos fueron “con posta de goma” y que tuvieron el fin de ahuyentar a los pumas del lugar. También usaron “cornetas” con ese fin. Dijo que es la actuación “prevista en el protocolo”.

Un sitio privilegiado

La costa sur del lago Mascardi es una de las zonas de acampe más concurridas del parque nacional.

Se accede por la Ruta Provincial 82, desde el cruce con la nacional 40, y es también el ingreso obligado para llegar a Cascada Los Alerces y al cerro Tronador.

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Al comienzo de la ruta Parques tiene una casilla de control y cobro, donde aseguraron que en esta época pasan unas 300 personas por día y que ese número se redujo desde que surgió la alarma por pumas, pero “mucha gente al enterarse pega la vuelta”.

Enojo y desobediencia

En La Querencia fueron muchos los turistas que desoyeron la orden de Parques y optaron por permanecer en el lugar. Entre ellos estuvieron Daniel Fernández y Liliana Algozino, de Wilde (Buenos Aires), quienes se quejaron por el trato recibido. “Los guardaparques pueden venir a hablar, pero no a apretar –se quejó Fernández–. Nos dicen del puma pero no le vemos la gravedad. Venimos de Buenos Aires, donde te matan o te apuñalan por cualquier cosa. Eso es inseguridad. No nos vamos a asustar por un puma. La gente de acá dice que no atacan”.

Francisco Lozano llegó de Santiago de Chile con numerosos familiares (más de 20) y cuando recibieron la orden de Parques decidieron quedarse. Descartaron las carpas y pernoctaron dentro de las casillas rodantes, como toda prevención. Según Lozano, les pareció “súper contradictorio” lo que les dijo Parques y se quejó de los disparos nocturnos, “que asustaron a los chicos más que cualquier puma”.

El turista chileno evaluó que “el operativo fue muy exagerado” porque el puma “es del lugar y no debería generar semejante alarma. La función de los guardaparques es educar, no asustar”.

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Distinta fue la reacción de Álvaro Blasco, turista proveniente de San Isidro, quien estaba alojado en Los Rápidos y aceptó reubicarse en los dormis cuando supo de la presencia de pumas en la zona.

La encargada del camping de ATE, Charo Luna, admitió que los avistamientos le provocaron “miedo” y por eso decidió irse del lugar. “El turista de Mendoza lo vio clarito y si el animal se metió hasta acá cuando estaba lleno de gente es porque tiene una conducta atípica y es necesario el máximo cuidado –afirmó–. En el predio de Los Maristas, acá al lado, mató unos patos la noche siguiente. Dicen que es una hembra que está enseñando a cazar a sus cachorros. Acá está lleno de nenes chiquitos, y pueden tomarlos como una presa”.

Debajo de este dormi vieron a un puma el domingo 21.

Luego del avistamiento del domingo 11, se dispuso que debían ser desocupados y sólo estaba permitido el uso diurno hasta las 18.

“No nos vamos a asustar por un puma. Venimos de Buenos Aires, donde te matan o apuñalan por cualquier cosa. Eso es inseguridad”.

Daniel Fernández llegó desde Wilde con su mujer, Liliana.

“Los guardaparques anduvieron haciendo disparos de arma de fuego esa noche y al día siguiente. La gente se asustó. Esto nos corta la temporada”.

Juan Pablo Boock, del camping La Querencia.

Belleza. Un sitio privilegiado. El puma se perdió en la costa.

“El turista lo vio clarito (…) Al lado mató unos patos la noche siguiente. Acá está lleno de nenes chiquitos, y puede tomarlos como una presa”.

Charo Luna, encargada del camping de ATE.

Parte del área donde fue visto el puma.

Antecedentes a tener en cuenta

Cuando se hizo pública la decisión de prohibir el acampe en Mascardi por el avistamiento de pumas hubo quienes señalaron que “el puma teme al hombre y no ataca a los humanos”. Pero Mujica lo desmintió.

Aseguró que “hay antecedentes” y que por eso existe un protocolo de prevención. Dijo que en el parque Nahuel Huapi el ambiente está “en un nivel óptimo”, el puma tiene comida en abundancia y es una de las especies encuadradas como “fauna problema”, lo cual requiere de monitoreo permanente.

Charo Luna, del camping de ATE, dijo que los pobladores del lugar aseguran que no ataca. “Pero hay biólogos que nos dijeron que si el puma tiene conductas atípicas hay que tomar todos los cuidados” dijo la mujer, y recordó el caso registrado en Iguazú, donde tiempo atrás un puma mató al pequeño hijo de un guardaparque.

Sorpresa. Turistas en el camping La Querencia.

Extremar las precauciones

La presencia de pumas en la zona cordillerana no debería extrañar, pero sí es necesario extremar las precauciones cuando se acercan a zonas pobladas, según las reglas dispuestas por Parques Nacionales.

El intendente del parque, Damián Mujica, dijo que “rastros siempre hay” en Mascardi y otras zonas, pero la decisión de restringir los acampes se adoptó cuando “se incrementaron los avistamientos”.

También se dispuso el cierre de los senderos de Huella Andina que parten de Mascardi.

Mujica aseguró que los pumas que merodeaban por el lugar demostraron un comportamiento “normal” y que en ese caso corresponde “ahuyentarlos con ruido”, según indica el protocolo. Si el comportamiento fuera “anormal”, por ejemplo si el animal tiene un acercamiento agresivo o si busca comida entre la basura, la medida indicada sería “la captura y traslocación”.

Según Mujica, la seguridad es prioridad, y dijo no comprender por qué algunos se enojaron.

“El año pasado se cerraron esos mismos campings durante tres días para capturar un jabalí y no se produjo la misma reacción”, recordó.

En el camping La Querencia comenzaron a juntar firmas entre los turistas y pobladores para presentar una queja por escrito a Parques con la idea de manifestar su “disconformidad con el protocolo aplicado” y la queja por “el tono amenazante” de los guardaparques, que generó “pánico” sin justificación.

Datos

Luego del avistamiento del domingo 11, se dispuso que debían ser desocupados y sólo estaba permitido el uso diurno hasta las 18.
“No nos vamos a asustar por un puma. Venimos de Buenos Aires, donde te matan o apuñalan por cualquier cosa. Eso es inseguridad”.
“Los guardaparques anduvieron haciendo disparos de arma de fuego esa noche y al día siguiente. La gente se asustó. Esto nos corta la temporada”.
“El turista lo vio clarito (…) Al lado mató unos patos la noche siguiente. Acá está lleno de nenes chiquitos, y puede tomarlos como una presa”.

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