Bariloche empieza a separar los residuos

Desde hoy todos los miércoles y jueves se deben sacar los residuos secos. Se evaluará cómo responde la gente y luego se focalizará la campaña de concientización.

Los recicladores a 13 años de su inicio, esperan un cambio de chip

La Asociación de Recicladores Bariloche cumplió 13 años de su conformación. Fue en tiempos de crisis cuando la gente de los barrios aledaños al vertedero municipal acudía diariamente en busca de material para reciclar y también de comida. Ahora el desafío es que la comunidad adopte como una costumbre la separación de los residuos en origen y saque el material reciclable solo los miércoles y jueves.

Hoy viven del reciclado de los residuos 59 familias que trabajan a destajo en la ARB en busca de separar la mayor cantidad de material reciclable posible para luego vender al por mayor. “De esto vivimos, es la lucha de todos los días y esperamos cumplir nuestro sueño que la planta de ponga en funcionamiento”, dijo Gladys Pichiñanco, presidenta de la asociación que ayer celebró con sus compañeros de trabajo (en su mayoría son mujeres) este nuevo aniversario.

Según la dirigente, hay un compromiso del gobierno municipal para que a partir de la semana próxima funcione de manera completa la planta de separación y tratamiento de residuos secos, con sus cinta transportadora que agilizará la clasificación. Pero para eso se necesita que los barilochenses arrojen en bolsas separadas los residuos secos como cartón, papel, envases plásticos, tetra pack, vidrio y latas.

La planta de tratamiento fue inaugurada en 2015 pero nunca pudo ponerse en funcionamiento al 100% de operatividad y el modelo ideal que se pensó aún está lejos de cumplirse.

La municipalidad semanas atrás volvió a reforzar la campaña para generar conciencia entre los vecinos de que deben separar los residuos y que el camión recolector retira las bolsas con residuos secos todos los miércoles y jueves. A parte deben ir los residuos húmedos que son restos de comida, café, té y yerba, y en otra bolsa distinta los no reciclables que son los apósitos, algodones y pañales.

Ayer en el aniversario de la ARB el intendente Gustavo Gennuso descubrió una placa recordatoria y repasó la historia de la entidad que nació en el vertedero “cuando no había nada, solo se veía la necesidad de la gente”.

Gennuso destacó la labor de los recicladores porque como grupo supieron “afrontar muchas cosas, y pelear por sus sueños de superarse, y conseguir toda una infraestructura que los ayudará a realizar sus tareas, pero además de gran relevancia para la comunidad porque nos ayudan a tratar una grave problemática como es el tratamiento de nuestros residuos”.


La planta recicladora “modelo”, lejos del ideal

La planta de clasificación y reciclado de basura de esta ciudad está lejos de responder a la expectativa generada al momento de la inauguración. Los residuos pasan casi en su totalidad a las celdas de relleno, sin recuperación de ningún tipo.

A pocos días de cumplirse un año del publicitado estreno de las instalaciones, que costaron 80 millones de pesos (140 millones de hoy), la cinta transportadora y la moderna maquinaria que se incorporó para el reciclado permanecen casi ociosas.

La presidente de la Asociación de Recicladores Bariloche (ARB), Gladis Pichiñanco, reconoció que “la separación de residuos es muy poca” y cuando llega todo mezclado el sistema “no funciona”.

Desde el gobierno municipal admitieron las falencias y elaboraron un nuevo “plan director” para el tratamiento de los residuos de toda la ciudad, que requerirá inversiones extra por otros 70 millones de pesos.

El subsecretario de Medio Ambiente, Carlos Beros, admitió que la planta tiene gruesos errores de diseño y que en las actuales condiciones es muy poco lo que se puede reciclar sin poner en riesgo la salud y la seguridad de los trabajadores de la ARB.

Desde hace años existen ordenanzas y planes que promueven la clasificación de la basura “en origen”, pero sin obligaciones taxativas. En la práctica sólo unas pocas empresas y particulares cumplen con esa indicación.

El gobierno municipal dice que la planta de reciclado tiene fallas.
Chino Leiva

Pichiñanco admitió que con el basural anterior, cuando los recicladores trabajaban directamente “en el manto”, alcanzaban a completar unos 9 ó 10 camiones mensuales de basura recuperada, que se comercializaban en los centros de acopio. Hoy con los pocos cartones, plásticos y botellas que llegan separados apenas llegan a dos camiones por mes.

De ese modo, el municipio no está ni por asomo en condiciones de cumplir con el objetivo enunciado en junio de 2015, que apuntaba a reciclar no menos del 50% del total de basura que produce la ciudad. Ya en noviembre pasado los responsables de la operación del vertedero admitieron que el recupero variaba “entre el 5 y el 10%”. Hoy la proporción es todavía menor.

La ARB tiene 59, cuyos ingresos no pueden depender de la venta de los materiales recuperados, como ocurrió durante años. Actualmente reciben un aporte municipal a razón de 5.000 pesos mensuales por trabajador, aunque no son empleados en relación de dependencia. El año pasado el municipio sólo les daba 1.500 pesos.

Pichiñanco dijo que desde hace meses “los camiones pasan de largo y se está enterrando casi todo”. Según explicó, tuvieron que descartar el uso de la cinta transportadora porque si la basura llega mezclada “los lixiviados se filtran y el mecanismo se rompe”. La única solución es trabajar exclusivamente con residuos secos preclasificados.

El objetivo era reciclar el 50% de la basura.
Chino Leiva

Pichiñanco dijo que cumplen con esa recomendación “algunos vecinos que llevan la basura por su cuenta” hasta la planta y también las chocolaterías Del Turista, Rapa Nui, y el hotel Edelweiss “que hace una separación muy prolija”.

Reconoció que los restaurantes y el resto de los grandes generadores se desentienden del tema y su basura llega mezclada.

Pichiñanco señaló que están a la espera de firmar un nuevo convenio y ajustar el mecanismo de trabajo con el municipio. Hoy los recicladores cuentan con su equipamiento, con la capacitación y cumplen horario. Pero la cantidad de papel, plásticos, nylon, tetra pac, vidrio y metales que logran recuperar es ínfimo.


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