Caso Muñoz: los padres del policía, disconformes con la investigación

Cuando Alicia Ocares y Benjamín Muñoz recuerdan a Lucas, se les dibuja una sonrisa en sus rostros. Ambos reconocen que Lucas “era el regalón” de los cinco hijos que criaron en la pequeña localidad rionegrina de Ramos Mexía. Hoy, el matrimonio se aferra a la esperanza de que al final del camino espinoso que les toca transitar, habrá justicia.

Sin embargo, a casi un mes de que hallaran el cuerpo del oficial ayudante de la Policía de Río Negro, Lucas Muñoz, asesinado de un tiro en la nuca, los padres observan que la investigación para identificar al autor o los autores del crimen no arroja resultados. “Si dijera que estoy conforme con la investigación, te miento. Todo va tan lento”, afirmó Benjamín.

Alicia está conforme con el trabajo de los abogados querellantes Karina Chueri y Alejandro Pschunder. Cuando piensa que su hijo estuvo varios días cautivo, no puede contener las lágrimas. “Si se hubiese buscando bien desde el principio, como tenía que ser, mi hijo estaría con nosotros”, afirmó convencida a “Río Negro”.

Fuentes judiciales revelaron que los estudios determinaron que Lucas estuvo 25 días vivo. Es decir, que lo asesinaron dos días antes de que policías del COER hallaron su cuerpo en un descampado, cerca de la ruta de Circunvalación, a menos de 2 kilómetros de la comisaría 42 del barrio 2 de Abril, donde trabajaba.

Muñoz, de 29 años, desapareció el 14 de julio pasado y encontraron su cuerpo el 10 de agosto.

“No me explico qué pudo haberle pasado”, sostuvo Alicia. Dijo que su hijo era muy reservado y nunca les comentó sobre alguna amenaza o que estuviera mal en su trabajo. Lo único que Lucas anhelaba era cumplir los dos años de servicio en Bariloche para pedir el traslado a otra ciudad y estar más cerca de sus tres hijos de 7, 6 y 4 años. Estaba separado de su última pareja y madre de los dos más pequeños. El hijo más grande nació de una relación con una chica de su pueblo.

“No vamos a parar hasta que haya justicia por Lucas”, aseguró su madre. “Es un hijo y ese dolor nunca se va a ir”, sostuvo. Alicia sufre. Sospecha que a su hijo lo traicionaron sus propios compañeros. “¿Qué puede esperar uno? Así qué confianza va a tener en los policías”, opinó. Aunque aclaró que “hay gente buena” enla fuerza. “Cuando te levantás todos los días y te falta un ser querido es difícil”, explicó Benjamín. El padre de Lucas aún espera dialogar cara a cara con el gobernador Alberto Weretilneck. “Por teléfono no me sirve hablar”, afirmó. “Somos humildes, pero muy educados”, aclaró Alicia. Desde que encontraron el cuerpo de Lucas, dijeron que el gobernador nunca habló con ellos.

Los padres de Muñoz viajaron a Bariloche junto a dos hijos. Querían seguir de cerca los rastrillajes que se hicieron ayer con perros adiestrados en busca de algún rastro que ayude a la investigación. Anoche regresaron a Ramos Mexía. Dijeron que habrá una nueva movilización el lunes 12 de en Viedma en reclamo de justicia.

Alicia y Benjamín esperaron ayer por la tarde el horario del viaje en el complejo donde Lucas alquilaba una habitación, en Moreno y Frey, a pocas cuadras del Centro Cívico. Allí, viven amigos de Lucas que son de otros pueblos de la Línea Sur.

Alicia se conmueve cuando observa el lugar. Ese dolor lo quiere transformar en fortaleza.

“Vamos a seguir peleando hasta lo último”, aseguró.

La investigación

por el homicidio

El fiscal Martín Govetto estuvo a cargo de la investigación de la búsqueda del oficial Lucas Muñoz. Tras el hallazgo del cadáver, Govetto inició una investigación por el homicidio del empleado policial.

Hasta el momento no hay imputados en la causa. Se desconoce hasta ahora quién mató a Lucas. La autopsia estableció que Muñoz murió de un tiro en la nuca, pero además tiene una herida de arma de fuego en la pantorrilla derecha.

Los investigadores están convencidos de que no lo asesinaron en el lugar donde lo hallaron. Tampoco se sabe dónde estuvo cautivo ni el calibre del proyectil que usó el homicida ni por qué lo mataron.

Faltan los informes definitivos de la autopsia y los resultados de los análisis de los rastros hallados en la Fiat Qubo secuestrada el 16 de agosto pasado. De la peritación del celular de Muñoz no surgió ninguna pista firme. Fuentes judiciales adelantaron que el martes será indagado el comisario Jorge Elizondo y tres mujeres oficiales, que están acusadas de adulterar el libro de parte diario de novedades de la comisaría 42ª del barrio 2 Abril, donde cumplía funciones Muñoz.

20

agentes, de comisarías y los departamentos de Delitos Especiales y Seguridad, participaron de los operativos desplegados en la víspera.

2

armas fueron secuestras en los domicilios allanados, todos en el mismo sector barrial:

un revólver calibre 32 y una “tumbera”.