Denuncias por apremios ilegales que no prosperan

Las escasas denuncias por apremios ilegales obedecen, según las organizaciones sociales, a que los jóvenes deciden no presentarse ante la justicia bajo el argumento de que “las causas no prosperan”.

Olavarría recordó cuando en el 2013, “empleados policiales interceptaron en la calle Onelli a 15 adolescentes de la comparsa Arrayanes”.

Seis de los chicos denunciaron haber sido golpeados por policías. Uno de ellos perdió cinco dientes y otro sufrió ocho puntos de sutura por un corte en la cabeza.

“Quedó impune. Los cuatro imputados fueron absueltos; los pibes quedaron expuestos y no pasó nada”, destacó Olavarría.

La abogada Marina Schiffrin agregó que “los chicos creen que el calvario posterior es peor. Es un nivel de exposición alto, no pasa nada y esas denuncias después se les vuelve en contra en los barrios. Por eso, muchos se retraen”.

El fiscal Guillermo Lista consideró que “muchas veces, este tipo de hechos se frustran porque la medida fundamental son las ruedas de reconocimiento donde los damnificados no pueden reconocer” a quienes denunciaron “o por alguna razón se arrepienten”.

“Muchos hechos ocurren en la nocturnidad, sin mucha luz. El contexto en el que se producen muchas de estas situaciones no colabora y cuando la prueba no acompaña, no se puede avanzar, aunque esto no quiere decir que el hecho no haya ocurrido”, remató el fiscal.


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