El bachillerato popular pisa fuerte en el Alto

Con la mirada puesta en la iniciativa del Movimiento Sin Tierra de Brasil y el movimiento zapatista en México, en la calle Onelli, a muy pocos metros de Oses, funciona cada tarde un bachillerato popular que, en su segundo año de funcionamiento, ya reúne a unos treinta estudiantes.

En el 2015, un grupo de profesionales provenientes de diversas disciplinas comenzó a soñar con trasladar las experiencias de educación alternativa de Buenos Aires a la Patagonia. En el 2016, se puso en marcha el proyecto en el barrio 169 Viviendas.

“Es un espacio simbólico. Se trata de la esquina donde mataron a los chicos el 17 de junio de 2010. La idea es acercarnos a los barrios y pensar en una educación de trabajadores para trabajadores. Hoy transitamos nuestro segundo año, con treinta chicos en primero y segundo año”, explicó Ana Maldonado, que no se define como docente sino como educadora popular.

El grueso de los alumnos tiene entre 20 y 30 años, pero también hay jóvenes a partir de los 16 y personas de 60. “Pasaron por el proceso de educación formal y por algún motivo (porque tuvieron experiencias no gratas, o han tenido que salir a trabajar o no se han sentido incluidos) abandonaron la escuela”, señaló.

El bachillerato tiene una duración de tres años y funciona de lunes a jueves de 18 a 22. El viernes es el turno de talleres optativos abiertos a la comunidad.

Maldonado aclaró qué no se trata de “una organización vertical: no hay dirección sino una coordinación entre profesores que funciona con una estructura asamblearia”. Los bachilleratos de Buenos Aires que funcionan desde el 2001 ya lograron el reconocimiento de sus títulos que habilita a los estudiantes al ingreso a la universidad. La organización de Bariloche aún está en trámite.

“Un trabajo de militancia”

Este bachillerato popular está enmarcado en la red de bachilleratos “Rebelión Popular”, con base en Buenos Aires.

En Bariloche, son 25 profesionales ad honórem que dictan las clases. No todos tienen títulos docentes, pero hay ingenieros del Centro Atómico Bariloche, investigadores del Conicet y licenciados, entre otros.