El corredor que pone el corazón en cada prueba

El corredor de Bariloche que pone el corazón en cada prueba

“Si no tenés corazón y mente, no llegás”, aseguró sin titubear Omar Barucco, el barilochense que superó cualquier límite físico y completó un recorrido de 170 kilómetros en los Alpes.

A sus 53 años de edad, Omar le puso punto final a una trayectoria de 40 años y más de 180 carreras. Todas desde la pasión que ofrece el amateurismo. Luego de participar de triatlones, regatas y carreras planas se aventuró a correr la Ultra Trail de Mont Blanc, y no falló.

“Te matan los 10.000 metros de desnivel”, comentó acerca de una competencia que no se detiene ante la noche ni siquiera frente al granizo que lo recibió en plena montaña.

Pero llegar al punto de largada en Chamonix (Francia) tampoco es sencillo. Se trata de un camino que se recorre con más de un año de anticipación, que requiere de una clasificación por puntos y un sorteo para definir a los 2.500 participantes de cada año.

Tras un primer intento en 2015, Omar se propuso volver al pie del Mont Blanc para completar ese saldo en su historial deportivo. Corrió la Vulcano Ultra Trail y la Patagonia Run dos veces para cumplir con el reglamento: nueve puntos en tres carreras de 100 millas. Recién en enero de este año le comunicaron que estaba en la lista de buena fe.

A partir de entonces este diseñador gráfico se ejercitó tres horas diarias para llegar de la mejor manera. “Entrené a la vieja usanza”, comentó acerca del método que utilizó para fortalecer brazos y piernas.

La carrera

“La carrera me dejó una enseñanza para la vida”, confió acerca del apoyo de su familia y el trabajo en equipo. “Soy muy de hacer las cosas solo, muy autodidacta”, explicó sobre la búsqueda de acompañamiento de amigos y profesionales para lograr su objetivo.

Omar llegó a la competencia sin dormir. Luego pasó treinta horas despierto para seguir el ritmo de competencia y cumplir con los puestos de control. “La mente se me iba”, recordó sobre los delirios que ocuparon su cabeza en los últimos kilómetros.

A la hora 30 el cansancio pudo más y cayó cuatro metros por un barranco. No se rindió. Se puso de pie y siguió hasta la meta, donde lo esperaba toda su familia.

Allí le entregó sus zapatillas a su hijo Tobías (13) y los bastones a su hermano Jorge, quienes tendrá que continuar su legado: “A los dos les dije: ahora les toca a ustedes”.

Gentileza

“Corro para disfrutar. Cualquiera que lo haga con cariño y esfuerzo puede llegar. A mi hijo le digo que haga lo que sienta”.

Omar Barucco sobre sus inicios y el futuro en manos de su hijo Tobías.