El desafío de encontrar el consultorio “amigable”

Luego de varias horas de espera para sacar un turno con un ginecólogo, la administrativa sentenció: “El ginecólogo es para las mujeres; le doy un turno con otro especialista”. La frase bastó no sólo para que la persona, incómoda, se marchara sino que no volviera.

En otra ocasión, una mujer trans fue internada en el pabellón de hombres.

Tiempo atrás, las denuncias por tratos discriminatorios hacia la población trans eran una constante en el hospital zonal.

Las charlas de sensibilización del área de Diversidad Sexual del Ministerio de Salud de Nación mejoraron la situación. A la vez, un grupo de profesionales de diversas disciplinas se unió a fin de propiciar una “puerta amigable” que garantizara el trato digno y la ley de Identidad de Género.

“Queremos que tengan un espacio ya sea para un dolor de panza, casos de obesidad, plan de vacunación. Muchas chicas trans llegan golpeadas o violadas. Los consultorios empiezan a atender a las 8. Pero hay chicas trans que trabajan de noche y recién a esa hora se acuestan. Hay que pensar en consultorios vespertinos”, remarcó De Labra.

Padulo recalcó que “hay médicos que siguen viendo a los trans como una cuestión psiquiátrica. Por eso, nos pasamos la bola respecto a los médicos amigables para evitar un mal momento. Conocen nuestro tratamiento y no van a poner cara de poker si digo que me llamo Matías. Hace que el acceso sea más digno”.


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