El fútbol en invierno no detiene la pasión barilochense

Mientras se multiplican las competencias y las categorías, los dirigentes deben armar complicados fixtures en las escasas canchas disponibles para jugar. Reclaman mayor inversión del Estado.

El fútbol en Bariloche es una pasión cada vez más extendida, que atraviesa todas las edades y que no sabe de recesos. El frío y el mal tiempo invernal están lejos de ser un obstáculo y las competencias se multiplican.

El fútbol bajo techo moviliza a miles de personas, organizadas en diferentes ligas, cuyos dirigentes se multiplican para armar los fixtures y muchas veces deben dejar equipos afuera porque los gimnasios no alcanzan.

La queja generalizada es por la falta de espacios y la ausencia de infraestructura deportiva. Un ex dirigente de fútbol barrial, Héctor Cornejo, culpó “al Estado en todos sus niveles, nacional, provincial y municipal, porque hace muchos años que no hay inversiones”.

Aun así el fútbol se extiende sin parar. Y los números asombran. Existen al menos tres entidades que organizan campeonatos: Liga de Fútbol de Bariloche (Lifuba), Asociación de Fútbol Libre (Adeful) y Asociación de Clubes Barriales (Asocluba). Cada una con su primera, segunda, veteranos y categorías infantiles.

Una cuenta rápida demuestra que son no menos de 7.700 personas las que compiten, aun en pleno invierno, sin contar el fútbol femenino y los torneos barriales que organiza el municipio.

Adeful, por ejemplo, tiene la única cancha grande de césped sintético de la ciudad. Pero desde mayo concentra toda la actividad en su gimnasio del barrio La Cumbre, donde hay fútbol de lunes a domingo.

Allí compiten en una intrincada programación de horarios las divisiones A y B (con 18 y 16 equipos respectivamente), los sub 15, veteranos, senior, máster y además el campeonato “paralelo” para los jugadores que no ingresan en la categoría mayor.

El vicepresidente de Adeful, Eduardo Ampuero, dijo que después de varios años la organización está “muy aceitada”.

Refirió que todos los equipos pagan 800 pesos mensuales, más 300 pesos por partido para pagar los árbitros, y que “todos, jugadores y público, pagan una entrada de 20 pesos”.

Aseguró que la movilización que genera el fútbol es enorme y que hay equipos que “quieren entrar” al torneo pero les dicen que no por falta de cupo. “No tenemos infraestructura -admitió-, todo es al límite”.

También al aire libre

Algo parecido pasa con Lifuba. José Luis Guerrero, responsable de Fútbol Infantil, dijo que además de la actividad bajo techo, desde el año pasado realizan un torneo invernal al aire libre. Cuando las canchas de pasto natural quedan cerradas juegan en el sintético de Adeful. “Tiene que estar muy feo para que suspendamos. Se juega con lluvia, con nieve, como sea -aseguró-. Lo hacemos porque lo pidieron los mismos jugadores. Hay muchos que son de cancha grande, no quieren saber nada con el Futsal, porque la preparación es distinta. Y piden jugar todo el año”.

El fútbol sala de Lifuba está a cargo de Horacio Fuentes, quien explicó que tienen un torneo extendido, de marzo a noviembre, que clasifica para liga nacional y para los patagónicos. Incluye 106 equipos en competencia.

“La actividad ha crecido muchísimo -señaló-. Hace cuatro años, cuando me hice cargo, eran 200 jugadores, hoy tenemos alrededor de 2.000”.

La falta de espacios,

un problema grave

El futsal de la Liga se juega en los pocos turnos disponibles en gimnasios privados como el del Soyem, el colegio San Esteban, Estudiantes Unidos y Vértice 7. Según Fuentes, “una gran problemática que tiene Bariloche es la falta de espacios. Y hay una responsabilidad directa del Estado”. Dijo que los gimnasios municipales son pocos y “no sirven demasiado, son galpones que se hicieron a las apuradas. Son obsoletos, no tienen tribunas, ni buenos vestuarios, ni lugar para precalentar. Para deportes federados tienen muchas limitaciones”. Fuentes afirmó que “el fútbol indoor sufre en Bariloche estas penurias porque históricamente no hubo inversión, los gobiernos miran para otro lado”.

Asocluba es la entidad más joven, agrupa a 22 clubes desde el barrio Lera hasta El Pilar y a falta de otros lugares compite en invierno en el gimnasio de la escuela 16 y en el SUM de la escuela 367 del barrio Omega, que claramente fue ideado para otros usos.

“Tenemos la personería en regla, el CUIT, todo lo que nos pidieron, mandamos montones de cartas, pero es imposible conseguir horarios en un gimnasio. Es realmente cansador y es un problema grave de Bariloche”, aseguró el ex directivo Héctor Cornejo.


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