Bariloche tiene la estudiante más longeva del país

Bariloche tiene la estudiante más longeva del país

Gentileza

Dueña de una elegancia particular y sin titubear, la mujer subió al escenario que la recibió con un ramo de flores y una medalla con una distinción especial. No sólo se trató de un nuevo cierre de los talleres de Upami para Elma Sara Morris. Con sus 95 años a cuestas, fue reconocida como la estudiante más longeva del sistema universitario argentino.

“Me sumé hace tres años, casi de casualidad porque fui al Pami y ahí, me contaron que había cursos. ¿Qué es eso?, pregunté y me explicaron que se trataba de la universidad de Pami. Pedí un programa porque me interesó y acá estoy”, contó la mujer que nació en el barrio porteño de Flores en 1922 y vive en Bariloche desde hace más de 40 años.

Upami es un programa integral que crea un espacio universitario específico para los adultos mayores a fin de mejorar la calidad de vida, adquirir destrezas y habilidades, recuperar saberes personales y de participación social.

Este año, Elma intentó anotarse en tres cursos de Upami, a través de la Universidad Nacional de Río Negro pero le advirtieron que sólo podría participar en dos.

“Trato de ir variando pero me gusta mucho todo. La filosofía, la historia del arte, el inglés, la oratoria. Son muy buenos los cursos como así también los profesores que deberían cobrar mejor”, indicó la mujer que antes de jubilarse, fue ama de casa y tesorera del colegio Antu Ruca ad honorem.

En el acto de cierre de Upami, se entregaron 625 certificados a los alumnos ante la presencia de familiares y amigos. Elma no esperaba el reconocimiento por parte del rector de la universidad, Juan Carlos Del Bello, y el vicerrector de la sede andina, Roberto Kozulj en el acto de colación de grado.

“El día de mi cumpleaños me llamaron de Upami Central para saludarme por ser la estudiante más longeva de la república. No lo podía creer. Si estoy tan bien es porque me lo propongo y me preocupo por estar bien”, dijo la mujer emocionada.

También reclamó: “Estas actividades deberían continuar en el verano. Nos permite estar en contacto con otras personas, charlar y cambiar de ambiente. Si no tuviéramos esta posibilidad, me quedaría encerrada en mi casa. Es interesante y confortante”.