Pablo hace un café tan rico que dan ganas de pedir otro

En La Compañía confluyen el disfrute y el trabajo. Además de un gran café, se ofrece un espacio para quienes requieren de una oficina céntrica.

Pablo Sánchez Ocampo aprendió hace tiempo las reglas de las cuatro emes y las aplica en La Compañía, su café de Frey y Vicealmirante O’Connor, un espacio que escapa del circuito turístico. Para hacer un gran café deben conjugarse la calidad en la mezcla, una buena molienda, una máquina que funcione bien y, por supuesto, la mano del barista.

Un pocillo a veces es poco cuando uno se sienta a conversar. Pablo lo sabe y por eso creó la hora feliz: el segundo café tiene precio superpromocional.

La Compañía tiene en el fondo un coworking, algo así como una oficina por horas, y está unido a una óptica.

Marcelo Martínez


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