Gennuso quiere poner un freno a los promotores de la calle

El intendente dijo que está “reviendo la estrategia” y se manifestó molesto con algunos trabajadores de la vía pública por su “falta de respeto”.

Ofuscado, el intendente Gustavo Gennuso, dijo que está en proceso de revisión la actividad de los promotores en la vía pública por considerar que no hay voluntad del sector para acordar una regulación.

En julio del año pasado el gobierno que encabeza Gennuso presentó un proyecto de ordenanza para regular la actividad que cuenta con un centenar de promotores principalmente en la calle Mitre y en la base del cerro Catedral, en invierno, y que está prohibida desde hace 20 años.

El debate del proyecto se prolongó en el Concejo Municipal con objeciones de la asesoría letrada del cuerpo y de un nutrido grupo de promotores que cuestionan algunos de los ejes de la iniciativa y por eso, hasta el momento, no se avanzó en su tratamiento.

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En su programa radial de los sábados, Gennuso dijo hoy que está “reviendo la estrategia” porque “no notamos que se quiera trabajar con el municipio”. Habló específicamente de promotores que “faltan el respeto” a la gente, que “no cuidan su trabajo” y que “persiguen a jóvenes para ofrecerles bebidas alcohólicas”.

“En estas condiciones no me parece que tenga que haber promotores”, enfatizó el intendente que se mostró molesto y además señaló que en una recorrida reciente que realizó con funcionarios por la calle Mitre fue “provocado” por algunos promotores que le gritaban el ofrecimiento de sus productos en el oído.

En el proyecto que había impulsado el gobierno se pretendía regularizar la actividad -que hoy está prohibida aunque no se sanciona- debido a la cantidad de puestos de trabajo que genera. Se preveía que las empresas y comercios que pretendan realizar promoción en la vía pública se inscriban con anterioridad y paguen un canon de 1.500 pesos anuales por promotor.

Además establecía como exigencias para el promotor contar con libreta sanitaria, una credencial habilitante “abrochada en la ropa”, mantener “trato amable” con el público, “evitar la persecución” de potenciales clientes y no “vociferar” en la vía pública.


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