La tarea social entre hornallas y cacerolas

Marta heredó su pasión por la cocina de su madre y su abuela. La creciente problemática social la llevó a vincularse con niños y adolescentes.

Marta es de la primera promoción de la Tecnicatura Superior en Gastronomía y pastelera profesional. Su vocación viene de cuna ya que su abuela y su madre también ejercieron el oficio y las tres trasladaron su pasión a su nieta. Antes de dedicarse a esta profesión estudió Comunicación Social, algunas materias de Psicología y Teología, hasta que se vinculó en la problemática social primero desde un trabajo voluntario en el hogar de niños “El refugio de Jesús” donde supo haber más de cien chicos. Además intentó vincular con la pastelería a los chicos en conflicto con la ley bajo programa de Promoción Social y luego replicó el trabajo en escuelas de la Fundación Gente Nueve y otras estatales.

Hace 4 años ingresó como contratada en el Penal 3, recomendada por la Escuela de Hotelería y Gastronomía y desde entonces prepara la comida de los internos.


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