La zumba se vuelve solidaria para los niños

Cinco instructores, entre locales e invitados, brindaron una masterclass el domingo para reunir juguetes destinados a los comedores barriales.

Juegos infantiles, globos de colores, maquillaje artístico y una mesa rebosante de donaciones enmarcaron la masterclass de zumba convocada por Verónica Prieto para reunir juguetes que serán destinados a comedores locales.

Un centenar de asistentes sumaron ritmo y colorido vestuario a las coreografías creadas por los instructores Morena Funes (Junín de los Andes), Franca Cendra (Villa La Angostura) y los locales Cari Martin y Francisco Manuel Pérez, junto a la anfitriona. Fue el domingo en el gimnasio del colegio María Auxiliadora.

Abigail (seis años), Carolina (diez) y Luz (tres) aguardaron pacientemente su turno para acceder al diseño, en sus rostros, de un cielo con brillos inspirado en Frozen, flores y corazones hechos por Vanina, de Maquillaje Color Magenta.

Dos horas de música y movimiento repitieron una experiencia anterior cuyo resultado “superó los doscientos juguetes. Por ser domingo y a esta hora, este año estuvo bastante bien”, evaluó Verónica, quien coordina encuentros como Verus Prieto Zumba en el kilómetro 15,435.

Cada uno de los profesores invitados aporta “su estilo, somos muy distintos y eso está buenísimo, nos identifica” en esta disciplina “de baile donde se resumen ritmos latinos, reggaetón, cumbia, hip hop y fusiones con tango, sobre los que armamos coreografías fáciles, divertidas, dinámicas, que hacen que bailen desde nenas hasta señoras grandes”.

Residente en esta ciudad desde hace ocho años, hace casi dos que “comencé con zumba porque tuve mellizos (Aitiara y Tiago, de cuatro años) y después del año necesitaba salir un rato de mi casa. No tenía mucho tiempo por los bebés, así que tenía que ser algo intensivo y que me alegrara. Y apareció zumba, un momento de diversión que levanta la autoestima y a los ocho meses había recuperado mi figura”, cuenta Verónica.

“Más allá de lo estético, te sentís bien, contenta, saludable. Divierte y conocés gente, algo que cuesta acá en Bariloche, el clima hace que estemos muy guardados en casa. Zumba rompe con eso, encontrás compañía y pasa a integrar planes familiares”, define.

Destinadas a reunir juguetes para quienes asisten a merenderos barriales, las concurridas clases demandan una contribución de $ 50 para solventar el alquiler del gimnasio. “Lo que importa es que haya muchos aportes para los chicos. Después vamos en familia a llevarlos. Ahora en colaboración con Marcelo Bearzi, de Viajes Solidarios Bariloche, y madres que compraron papel de regalo. Varios corazones solidarios”, señala.

“Zumba convoca desde la alegría –valora–. Es muy bueno que nos apoyemos, acá hay colegas, chicas de otros gimnasios que suman entusiasmo a un trabajo que divierte, hecho con placer, pasión y responsabilidad”.

Un entusiasta grupo de “zumberos”, cada uno con su estilo, generó dos horas de música y movimiento en el gimnasio del colegio María Auxiliadora.

Datos

Un entusiasta grupo de “zumberos”, cada uno con su estilo, generó dos horas de música y movimiento en el gimnasio del colegio María Auxiliadora.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios