Los 60 años del Frey merecían esta película

“Frey, el patio de mi casa” es la ópera prima de Alan Schwer.

gentileza

“Frey, el patio de mi casa”, documental de Alan Schwer que transita por sesenta años de historia del refugio Emilio Frey en el cerro Catedral, es a la vez una mirada sobre los efectos del turismo masivo en el medio ambiente.

Salidas a la montaña durante la niñez junto a sus padres, Betty Slipek –hija de Alfredo, creador y activo impulsor del Grupo Excursionista de Adultos del Club Andino Bariloche– y Willy Schwer, y caminatas junto a Marcelo “El Topo” Deza crearon el vínculo temprano de Alan con la variada geografía “más allá de Catedral”.

De refugiero a cineasta

Crear un espacio de difusión de material audiovisual de montaña con la intención de “motivar para salir a disfrutar” y reunir información sobre seis décadas del refugio, fueron anhelos personales. Desde que trabajara como refugiero a los 19 años “y con alguna intermitencia antes de filmar. Siempre tuve ganas de hacerlo, lo que no tenía era recursos, cámaras apropiadas, ni formación. Así que estudié Audiovisuales en El Bolsón”, refiere. Y desde el año pasado “Noche de fogón” adquirió característica de festival competitivo. “Es difícil reunir material, así es que se realiza cada dos años”.

Las imágenes de “Frey…” retrotraen a la década del 40 y avanzan hasta hoy, “mezcla la adrenalina de la escalada expuesta, el freeride invernal, la intensa cultura del lugar y los problemas de superpoblación turística”. El aniversario de aquel 17 de febrero de 1957, cuando fuera inaugurado, fue el impulso definitivo para encarar la inversión “a pulmón”. Previo al estreno oficial de este viernes, el documental fue exhibido el lunes y martes pasados en la sede del Club Andino Bariloche para asistentes a la Asamblea General Ordinaria y en la Universidad Nacional del Comahue, para estudiantes.

Material de archivo, testimonios –“quince entrevistas, de las que utilicé diez, de media hora a cuarenta minutos de duración”–, fotografías facilitadas por Toncek Arko “útiles para componer la época, porque es difícil documentar cuando faltan imágenes, hay que recurrir a recrear situaciones”, integran la realización que conllevó lógica edición y corroboración de datos. Incluye aportes de Víctor Enevoldsen, quien participó en la construcción del refugio, y Dinko Bertoncelj escalando en 1954 con referencias a “la historia de ellos, escapando de Europa, viniendo de Los Alpes u otras zonas de montaña a Bariloche”.

Comando limpieza

“Hay historias que uno no sabe si contar o no. A veces en el refugio se rompen algunas reglas pero es muy sano mostrar una época. De allí surgieron los mejores guías de montaña y escalada de Argentina y se aprenden otras cosas sobre cómo funciona el sistema. No quise ser muy brusco con el contenido”, al exponer, por ejemplo, el conflicto generado entre el Club Andino y la Escuela Militar de Montaña por las prácticas que el Ejército realizaba insertando elementos de seguridad y perforando la roca. Lo que daba lugar a que por las noches fuera desplegado “el comando limpieza”. Ahora la relación transcurre por aguas pacíficas”, dice.


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