“No pinta quien tiene ganas…”

Coleccionista de obras de arte por vocación, Ignacio Gutiérrez Zaldívar fundó Zurbarán-El Arte de los Argentinos en 1976.

Propietario del establecimiento El Casco –el primer hotel dedicado al arte en el país, a orillas del lago Nahuel Huapi–, antes de iniciar un viaje a Europa –donde hará escala en Venecia, su “lugar en el mundo”– compartió actividades con sus invitados, los pintores Enrique Burone Risso, Daniel Kaplan, Ricardo Celma, Agustín Viñas y el residente local Juan Lascano.

Una reunión con la prensa permitió acceder a sus conceptos sobre la actividad que inició a los trece años cuando adquirió su primera pintura, una obra de Eugenio Daneri. “La idea es desmitificar” el concepto de que “el artista está más allá del bien y del mal. Es un tipo normal. Es muy importante desacralizar el arte. Por eso los videos que difundimos a través de la galería y las clases magistrales que los artistas ofrecen los sábados dentro del ciclo Zurbarán Kids. Vienen chicos de entre cinco y doce años que trabajan con ellos”, señala.

Aludiendo a quienes permanecieron hasta el domingo hospedados en el establecimiento hotelero del km 11,5 destacó que “me costaría mucho hacer hoy una exposición de ellos porque no tengo cantidad de cuadros. Lo que pintan se vende”. Por otra parte, agregó, “llevar obra al exterior generalmente es intentar abrir un mercado y, una vez logrado, el artista debe permanecer un tiempo en ese lugar. A alguien como Lascano, con doce años en Bariloche donde es el tipo más feliz de la tierra, le decís que tiene que vivir seis meses en Miami y…”.

Con signos de recuperación, el mercado atraviesa una etapa “medio milagrosa. El mejor año fue el 2011, a partir de entonces fue cuesta abajo en la rodada. El año pasado hubo un fenómeno rarísimo, no venía gente a la galería y terminó 40% mejor que el 2015 y ahora, a marzo, está un 25% arriba que en el 2016. O sea que hay un brote verde”, refirió.

De todas maneras, “el número que manejamos de venta de arte en Argentina es, con viento a favor, de 100 millones de dólares. El miércoles en Londres se vendieron 172 millones en 90 minutos. Si alguno lee ‘El Cronista’ verá un artículo que escribí media hora después de que terminara el remate. Salvo excepciones, es muy raro que un artista en Argentina venda doce cuadros por año”.

En el universo de compradores “no existe el inversor. Ni yo, el comprador más grande, lo soy. No tomé vacaciones en enero y febrero” porque en ese período “las casas de remate no funcionan y soy el único que compra. Creo que en los dos meses he adquirido 140 obras. No para mi colección privada, integrada por unas 800, porque es difícil sacar una y poner otra. Tienen un valor agregado que es el afecto. En mi caso, cuando quiero incorporar una, la mando a casa. Si a la noche cuando vuelvo está colgada, bien; si está al lado de la puerta, quiere decir que a la patrona no le gustó”, concluyó.

Los artistas

invitados

Los pintores invitados en esta ocasión no tienen “un programa preestablecido. Con lluvia no será posible pintar en el jardín” pero compartirán charlas y lecturas, contó Gutiérrez Zaldívar. Y agregó: “Esto lo hacemos en todo el país”. En Mendoza, asistieron 500 personas a un encuentro con Juan Lascano, “un genio, que realiza un cuadro en una hora y media contando el proceso”.

P- ¿Qué condiciones debe tener un artista para captar su atención?

R- Primero que me guste lo que hace. Puedo ser el mejor vendedor de lo que me gusta y el peor de lo que no me gusta. Y se me nota. Recorrés conmigo el hotel y ves de qué estoy enamorado y qué cambiaría. Después es importante la persona, establecemos una relación no comercial con él.

En números

“La escasez no existe. Si pintás tres cuadros por año sos boleta. Hay que pensar que para ser conocido hay que generar el deseo”.

Ignacio Gutiérrez Zaldívar es coleccionista de arte y marchand.

“De una semana de la fotografía en Bariloche podrían participar 50.000 personas. De pintura no, no pinta quien tiene ganas sino quien sabe pintar”.