Opinión: Juego de presiones

La semana en Bariloche en la mirada de Daniel Marzal.

El fallo emitido por la Justicia de Viedma en el interminable litigio por el poder concedente en el cerro Catedral aporta poco y nada a despejar el escenario y abrir camino a las nuevas inversiones.

La empresa Capsa fue reconocida como parte ineludible en el proceso de municipalización del cerro, que se formalizó hace ya ocho años, mediante un mecanismo moroso y desprolijo.

Pero no logró que se dicte la nulidad del traspaso, lo que hubiera significado la devolución del cerro a la provincia.

El municipio y la concesionaria están obligadas ahora a negociar en otros términos ya que -según el fallo- la cesión del Catedral a Bariloche sólo se puede “perfeccionar” con la aprobación de Capsa.

El desaguisado resultante obliga a recordar que en el origen de todo estuvo la demora del exgobernador Miguel Saiz para firmar la municipalización de Catedral, aprobada en 2004 mediante una ley que incluía el el compromiso de hacerla efectiva “en 24 meses”.

La transferencia se concretó recién 2009, sin que Saiz ni su ministro de Turismo, Omar Contreras, se molestaran en explicar las razones del retaceo.

Durante la espera se habían repetido una y otra vez los reclamos para acelerar la transferencia, dada la urgencia de integrar a Catedral con Bariloche, tanto en lo tributario como en temas de planificación urbana. Aquellas quejas anticiparon el conflicto que detona ahora.

El año pasado el intendente Gustavo Gennuso rechazó la “iniciativa privada” presentada por Capsa para asegurarse la prórroga de la concesión. En su propuesta incluía un vasto plan de inversiones y un negocio anexo de tipo inmobiliario, para lo cual reclamaba la cesión de 70 hectáreas.

El veto de Gennuso se apoyó en las críticas casi unánimes que encontró el proyecto de Capsa entre instructores, clubes de esquí y empresarios turísticos. Otra de sus razones fue la tozudez de la firma en plantear su pretensión sin “bajar” antes la demanda contra la municipalización.

Esa estrategia de Capsa se reveló acertada, a juzgar por la decisión de la Justicia. También juega en su favor la creciente presión del gobierno nacional para que Gennuso le conceda la prórroga.

Pero hasta aquí falló en su política comunicacional, ya que está lejos de convencer a todos los actores locales de que su plan en el cerro es lo mejor para Bariloche.


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