Otro revés para la investigación de la muerte de Lucas Muñoz

Un estudio que se hizo sobre un pelo encontrado en su cuerpo, arrojó que era de él y no de un tercero como se especulaba. La decepción por el resultado generó dudas.

La investigación para tratar de esclarecer el homicidio del policía Lucas Muñoz sumó un nuevo revés. El resultado del estudio genético del pelo, que los investigadores habían hallado en la ropa interior de la víctima, no arrojó ningún dato importante. Es más, aportó un poco más de confusión al complejo escenario que rodea al caso.

Fuentes con acceso al expediente comentaron que el informe concluyó que el pelo analizado coincide con el perfil genético de Muñoz. El dato sorprendió a los investigadores que esperaban que el estudio genético revelara una pista para reorientar la investigación.

Las fuentes admitieron su asombro porque “el pelo tenía unos treinta centímetros de largo y era ondulado”. Recordaron que un laboratorio de Buenos Aires analizó el pelo y estableció el código genético. Después, enviaron esa información al Laboratorio Regional de Genética Forense de esta ciudad, que depende del Poder Judicial de la provincia, donde cotejaron los datos con los perfiles genéticos que se preservan en ese centro. De ese estudio surgió que el pelo pertenecía a Muñoz.

En el laboratorio local cotejaron el código con los perfiles genéticos de Daniela Rodio, exnovia de Muñoz, y otras dos personas que estuvieron con la víctima horas antes de que desapareciera el 14 de julio del año pasado, cuando se dirigía a trabajar a la comisaría 42 del barrio 2 de Abril.

La decepción por el resultado generó dudas y la querella, que representa a los padres de Muñoz, quiere pedir una repetición del estudio al juez de la causa Bernardo Campana, señalaron las fuentes. Señalaron que es posible que la muestra levantada haya estado contaminada o se equivocaron.

El cadáver de Muñoz apareció el 10 de agosto último, en un descampado ubicado en las afueras de Bariloche. Tenía un tiro en la nuca y otro en la pantorrilla derecha. Estaba vestido con su uniforme, que tenía un orificio del tiro en la pierna, su arma reglamentaria, su celular y hasta su documentación. El cuerpo estaba aseado.

Muñoz fue asesinado de un tiro en la nuca, entre las 12 del 7 de agosto y las 12 del 8 de agosto de 2016, según determinó el cuerpo médico forense de la Corte Suprema.

La investigación a cargo del fiscal Martín Govetto, que había comenzado con un ritmo vertiginoso y que puso bajo sospecha a varios jefes policiales, que fueron suspendidos en sus cargos, con el paso del tiempo se fue desinflando.

Aún no se sabe quién mató a Muñoz ni quiénes colaboraron con el secuestro del empleado policial.

A casi un año de la aparición del cadáver, no hay sospechosos

Datos

El oficial ayudante Lucas Muñoz desapareció el 14 de julio pasado cuando se dirigía a su trabajo en la comisaría 42. Vestía su uniforme, portaba su arma reglamentaria y una mochila. Daniela Rodio, que era su novia, denunció esa tarde su desaparición. Ella estaba de visita en Bariloche y se hospedaba en el departamento donde Muñoz vivía, en el centro. La búsqueda de Muñoz se extendió durante 27 días y se tejieron varias hipótesis.
El 10 de agosto hallaron el cadáver en un descampado, a pocos metros de la Ruta de Circunvalación, en las afueras de Bariloche. Estaba con su uniforme, su arma y sus pertenencias, menos la mochila. Por el homicidio no hay ninguna pista firme.

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