PAPEL – EN FOCO – Bariloche, con años de atrás en obras de infraestructura. Las autoridades aseguran que todo está en marcha

La ciudad, meca turística del país, tiene problemas de cloacas, luz y gas. Debate sobre el centro de convenciones hace 40 años, y la terminal de ómnibus es deficiente. Opinan los especialistas.

Infraestructura

Los años pasan, al igual que las promesas electorales y los funcionarios políticos. Pero las obras de infraestructura necesarias para esa ciudad, referencia turística en el país y buena parte del mundo, siguen sin materializarse, los problemas se profundizan y la población aumenta.

Desde obras que redundarían en un aumento del empleo directo e indirecto en la ciudad, como el centro de congresos y convenciones, o una moderna terminal de ómnibus como exige el turismo. La lista continúa: la ciudad también sufre un atraso importante en las conexiones de gas, cloacas y agua en varios barrios.

Algunas obras comenzaron y quedaron paralizadas, como el campus de la Universidad Nacional de Río Negro en el este de la ciudad, detenido desde el 2014. El caso más reciente es el de la empresa Planobra que se retiró intempestivamente de la ciudad en mayo, dejando inconclusa la remodelación de la calle Mitre, a un 10% de su finalización.

“Son obras que nunca se habían hecho”, argumentó el ministro de Obras y Servicios Públicos de Río Negro, Carlos Valeri, y agregó: “Algunas ya arrancaron; otras cuentan con los convenios y otras están por finalizar, como la calle Mitre. Basta con pensar que pasaba 10 años atrás: la calle Mitre era un proyecto, al igual que el gasoducto y la terminal de ómnibus un anhelo histórico”.

El tan anhelado Teatro Municipal ante la falta de espacios culturales, ubicado en un predio del barrio Jardín Botánico, es otra de las obras que quedó trunca en la ciudad.

El edificio comenzó a levantarse con aportes del Instituto Nacional del Teatro y el municipio. Pero la certificación de obra no fue presentada y era la condición para que la entidad nacional enviara la segunda cuota que faltaba.

A mediados del último año, el intendente Gustavo Gennuso anunció en su programa de radio que evaluaban cancelar el acuerdo a fin de construir el teatro con fondos municipales. Semanas atrás, referentes del Instituto Nacional del Teatro admitieron que se restableció el diálogo con el municipio para continuar con el convenio original.

La construcción del colector cloacal costanero de 6,3 kilómetros que mejorará la capacidad de traslado de líquidos cloacales a la planta depuradora es otro capítulo. La obra fue adjudicada a CPC, una empresa perteneciente al grupo de Cristóbal López (detenido por evasión), a mediados del año pasado. Los trabajos nunca iniciaron.

El consejero titular del Consejo de Ingenieros de Bariloche y El Bolsón, José Pablo Repossini, cuestionó que “aun con la necesidad de la obra y el dinero disponible, no concretamos la construcción”.

“Sucede que el sistema de licitación de obra pública cuenta con mucha legislación y protección pensando en la competencia pero no es conveniente para los usuarios ya que por lo general, las cosas se complican. En este caso, se sabía que la empresa que resultó adjudicada tenía problemas y como era de esperar, no cumplió. Ahora se requiere de otra licitación y quedamos trabados por la misma burocracia que hay en todo el país”, señaló.

Promesas de campaña

Repossini objetó que “no hemos tenido la capacidad para obtener la financiación ni para hacer la obra del centro de convenciones. Pero ni siquiera somos capaces de ponernos de acuerdo respecto al lugar a donde se va a hacer”.

Valeri aseguró que el centro figura en la segunda etapa del crédito del Plan Castello a fines del 2018. “Por eso, son tan importantes las obras del primer tramo y que estén en marcha en el invierno. Esto permite mostrar en el mercado internacional qué hiciste con el primer tramo y acceder así a mejores condiciones de financiamiento y mejores tasas”, explicó.

Respecto a la construcción de la terminal de ómnibus, el funcionario provincial destacó que “ya se resolvió el traspaso del dominio provisorio de la tierra para que Lotería Río Negro lleve adelante la obra”.

Repossini polemizó sobre el tiempo que se demoró para hacer la transferencia a la empresa constructora del terreno a donde se levantará la nueva terminal. “La transferencia es un papel. Esto habla de la ineficacia municipal y provincial porque la empresa no puede empezar hasta que no le entreguen el terreno”, expresó.

0pinión

Conflicto de intereses

Wladimiro Iwanow

Opinión

El futuro no es promisorio

Ricardo Lerchundi

El dato

“Recuperamos un montón de cosas. Había muchas cuestiones sumidas en el fracaso pero vamos reconstruyendo”.

Gustavo Gennuso, intendente de

Bariloche.

“En 1975 se hablaba de la necesidad de un centro de congresos y convenciones. Pasaron más de 40 años y no lo tenemos”.

José Pablo Repossini, del Consejo de Ingenieros de Bariloche y El Bolsón.

“Son obras muy complejas”

En relación al gran atraso de las obras de infraestructura, Gustavo Gennuso remarcó: “Está la decisión. Hay nuevas licitaciones y los fondos están. Todo está en marcha pero son obras muy complejas. En el caso del conducto de gas, por ejemplo, arrancaron y están pidiendo los permisos de los campos por donde va a pasar. O el segundo módulo de la planta de saneamiento que también está en marcha”, puntualizó el intendente.

Carlos Valeri, ministro de Obras y Servicios Públicos de Río Negro

Somos una de las pocas provincias que pidió dinero prestado
para hacer obras; otras pidieron dinero para hacer frente a problemas
de la renta general”.

Datos

Decir que el crecimiento demográfico de Bariloche está alimentado por grupos heterogéneos con diversos intereses no es ninguna novedad. A los antiguos pobladores que añoran el pueblo de montaña se suman quienes encontraron un lugar mágico que no debe ser modificado y quienes llegan para desarrollar proyectos económicos, por citar algunos de los grupos.
En cuanto se proyecta alguna de las tantas obras postergadas, inmediatamente comienzan los choques entre quienes quieren que se hagan en función de intereses personales o sectoriales y quienes las rechazan por las molestias que consideran les ocasionarían.
No se pueden obviar los históricos vaivenes de nuestra economía, que ante las demoras que generan esas discusiones las obras terminan abortadas porque se diluye el financiamiento. En la medida en que no hubo en las últimas décadas autoridades (políticas, empresariales, de las organizaciones sociales, etc.) que ejercieran su poder de decisión con firmeza, quedaron presas de la indefinición.
Hace más de 40 años estamos discutiendo la localización del Centro de Convenciones: si tiene lugar para el estacionamiento, si tapa el paisaje, si se quiere por la cercanía a determinados hoteles, si estaría demasiado lejos o demasiado cerca del centro de la ciudad, qué impacto provocaría en el medio ambiente, etc.
Finalmente, la débil vinculación entre la ciudad y la Provincia de Río Negro –hay que reconocer que se modificó en los últimos años– dejó librada a sus propios medios a Bariloche. La falta de gas, electricidad suficiente, así como de las instalaciones de saneamiento, es otro factor que frena las posibilidades de desarrollo.
El impulso a la obra pública y de desarrollo de actividades económicas que proponen las autoridades nacionales alientan una esperanza de que se puedan resolver algunos de los problemas postergados, en la medida que deje de funcionar la tan mentada “máquina de impedir” tradicional de Bariloche.
*Sociólogo
Es al menos triste ponerse hoy a relatar la realidad de las infraestructuras en Bariloche. Desde donde se lo mire, aparece como una desidia sino intencionada, que roza la falta a los deberes de funcionarios públicos de las últimas dos décadas al menos.
Tanto es así que hoy y desde hace ya varios años nos encontramos con la realidad de tener que padecer la falta de gas, cloacas, agua y electricidad.
Los dos primeros servicios de tanta importancia para la ciudad que “pretendemos” tener. Con el consiguiente perjuicio al medio ambiente que estas faltas producen. No más pensar en el daño de la quema de leña, el uso irracional de la electricidad para suplir el gas y los exagerados precios del gas envasado que, claro, no rinde como debiera en climas fríos como el nuestro.
Ni hablar del daño de la falta de cloacas que fomenta el vertido de líquidos cloacales al lago e indirectamente a través del suelo.
Tampoco hubo inversiones acordes en el tema de la provisión de agua, cuyo sistema está al límite hace ya varios años y la electricidad que se otorga a cuentagotas por falta de provisión acorde del sistema actual.
Y es destacable que estos servicios son de tal incompetencia tanto en el ámbito privado y estatal. Parecieran ponerse de acuerdo para no invertir por ningún lado. No debemos olvidar los espacios urbanos, el asfaltado de las calles, la polución visual de los tendidos aéreos, y podemos seguir contando.
Tampoco es deseable para el desarrollo y crecimiento de una ciudad que estas falencias promuevan la migración de casi la totalidad de las inversiones en la construcción e industrias que mueven un alto porcentaje de la mano de obra local. Nadie invierte en una ciudad con falta de los servicios esenciales, y no hablemos de conectividades.
El futuro no es promisorio, ya que las obras en marcha sólo son paliativos para la demanda existente hoy. ¡Es que el atraso es tan importante! Pero claro, por algo se empieza.
*Presidente del Colegio de Arquitectos Bariloche
154.000
La población estimada de Bariloche, en base a los medidores de luz. Según el censo en 2010 eran 112.887.
“Recuperamos un montón de cosas. Había muchas cuestiones sumidas en el fracaso pero vamos reconstruyendo”.
“En 1975 se hablaba de la necesidad de un centro de congresos y convenciones. Pasaron más de 40 años y no lo tenemos”.

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