Un artista nato

Lejos de Bariloche, en un pueblo santafesino rodeado de campo donde el calor es agobiante y la sequía se expande, casi en el límite con Santiago del Estero, Richard Massaccessi cultivó su espíritu de artista y moldeó la que sería su profesión. Salió de allí para estudiar en Buenos Aires, con esfuerzo. Fue a vivir a una pensión, trabajó y estudió.

Su historia es como la de muchos que con metas claras buscan un horizonte mejor en el futuro. Y eso intenta replicar Richard a los jóvenes: “Siempre les pregunto qué van a estudiar. Les insisto en que estudien porque el cultivar la mente en algo los hace más libres; luego van a poder ser mejores personas con más herramientas y ya no importa la carrera que elijan, pero sí que sigan estudiando”, afirma.

Sumado al estudio, según su método del éxito, sigue el compromiso, la concentración, la rutina y más estudio. ¿Cómo logró la perfección en sus obras? “Bellas Artes (en referencia a la escuela), y me adjudico una parte propia. Hice mucho hincapié en la figura humana, en la figuración y mucho en el surrealismo, estudiando huesos, músculos, proporciones. Estudié mucho la figura humana, lo cual me agradezco a mí mismo porque eso me dio luego una libertad enorme para mover figuras, hacer bocetos, hacer incluso retratos que lo considero dificilísimo para mí y requiere de mucho estudio”.


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