Una expo con potencial técnico “made in Bariloche”

La Semana de la Educación Técnica incluyó una muestra de trabajos de los colegios de esa modalidad. La primera experiencia se realizó en el barrio El Frutillar.

Una expo con potencial técnico “made in Bariloche”

La primera Expotécnica atrajo a cientos de jóvenes que redescubrieron el potencial de la inventiva local. El gimnasio de la Primaria 154, del barrio El Frutillar, sirvió para que los distintos proyectos salieran a la luz y alentaran al desarrollo de una actividad que se afianza como una salida laboral efectiva.

“Es la base para cualquier otro desarrollo tecnológico”, confió el director de la CET 28, Miguel Ahumada, acerca de la importancia del sostenimiento de la educación técnica. Explicó que se trató de la primera experiencia en una muestra anual, y se mostró entusiasmado por la continuidad de la expo el próximo año.

La escuela Nehuen Peuman llevó su concepto de viviendas sustentables.
Chino Leiva

Aunque tan solo fueron dos jornadas, la convocatoria atrajo a cursos del CET 2 “Jorge Newbery”, la escuela Nehuen Peuman, el CET 28 y la escuela de Hotelería (CET 25), que aportó un toque distintivo a partir de las propuestas gastronómicas que se ofrecieron en el salón.

En los stands se pudo apreciar un proyecto de desarrollo arquitectónico a partir de viviendas sustentables, que permiten el ahorro de energía y recursos, y hasta un esquema que los jóvenes del Nehuen Peuman idearon para un edificio que concentre todas las actividades del municipio.

Un horno que utiliza la luz solar como fuente de energía.
Chino Leiva

También se presentaron los jóvenes creadores del semáforo portátil que tomó forma en las aulas del CET 2; muestras de los talleres de herrería, electricidad y hasta un horno casero que utiliza la energía que proporciona el sol a través del reflejo de la luz.

Ahumada recordó que los alumnos de las escuelas técnicas comparten un “ciclo básico” de dos años en los que asisten a clases de electricidad, carpintería, y ajustes. A partir de estas enseñanzas los jóvenes aprenden a hacer mediciones y cortes, entre otras habilidades.

La escuela de Hotelería ofreció tentempiés a toda hora.
Chino Leiva

El caso del CET 28 no pasó inadvertido. La escuela técnica del barrio El Frutillar aún aguarda por un edificio propio. “Vivimos de prestado”, agregó sobre el uso compartido de las aulas de la escuela primaria para los 160 alumnos que asisten de primero a cuarto año.

A pesar de los contratiempos edilicios, la obra se desarrolla en el predio contiguo, confió que tanto padres como alumnos siguen apostando por la educación técnica como una “salida laboral concreta”. El docente evaluó que los conocimientos adquiridos les permiten desempeñarse en cualquier ámbito y “sostenerse” por sus propios medios.


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