“22 de marzo: Día Internacional del Agua”

“Si hay magia en este planeta, está contenida en el agua” (Loren Eiseley).

Soy médica hidróloga. No sé si fue nacer entre la confluencia de dos ríos o el conocer desde muy pequeña Copahue, el paraíso del “agua que sana”, lo que me hizo viajar hace diez años a Europa a realizar mi residencia y mi doctorado en Hidrología Médica e Hidroterapia (es la especialidad que se dedica al estudio de las aguas mineromedicinales, de las aguas mineral natural y potables ordinarias y su aplicación en la salud).

En un día donde el agua es la protagonista, me gustaría poder ayudar a reflexionar sobre la importancia de este maravilloso elemento de la naturaleza.

Creo que todos hemos escuchado más de una vez que el agua es el componente más importante para la humanidad, que se hacen expediciones por nuestro sistema solar en búsqueda de este líquido que es un componente fundamental de nuestro planeta y de nuestro cuerpo. La importancia del agua radica en lo milagrosa que es su estructura y sus propiedades químicas. Podríamos decir que es la rebelde de los compuestos químicos y rompe todas las reglas, por lo que es excepcional y única.

¿Cual es la magia? Empecemos con algo muy obvio como el punto de ebullición. Cuando nos preguntan a qué temperatura pasa el agua de estado líquido al vapor, todos rápidamente contestamos que lo hace a 100 ºC. Si la molécula del agua se comportara igual que los compuestos que son parecidos químicamente a la molécula del agua, debería evaporarse a los -100 ºC –imaginate, el planeta Tierra sería una gran nube–. Pero gracias a la fuerte unión que hay entre los hidrógenos y el oxígeno se necesita mucha energía para romperlos, lo que permitió el gran caldo primitivo donde surgió el milagro de la vida.

Otra regla universal que rompe el agua es que los sólidos son más densos que los líquidos. El agua es la excepción, todos tenemos la imagen de los témpanos de hielo flotando en el mar… esto no nos parece ningún milagro, ¡pero lo es! Si nuestro planeta estuviera cubierto de oro y no de agua, los lingotes de oro estarían acumulados en el fondo de los mares dorados y no flotando y la vida en la Tierra no podría haber existido.

El agua es llamada el disolvente universal porque es capaz de diluir una gran variedad de sustancias, tanto inórganicas como orgánicas. Esta función como disolvente es básica para la vida, pues casi todas las reacciones biológicas tienen lugar en el estado líquido y en un medio acuoso.

Todas las aguas no son iguales…

El agua potable es definida como aquella que es para el consumo humano, que al beberla no enferma, por lo que no puede presentar bacterias como la Escherichia coli o elementos contaminantes como el uranio. Son los municipios los encargados de distribuir el agua potable a la población y de asegurarle que al beberla no se va enfermar.

¿Y las botellitas de agua? Seguramente has leído algunas veces en estos envases que dice “agua natural de manantial”. Cuando leas esa leyenda en una botella te están diciendo dos cosas: la primera, que te están asegurando pureza natural, que han cuidado todo el recorrido del agua desde que la gota de agua del glaciar de lo alto de la montaña empezó a transcurrir por su camino subterráneo y se enriqueció de minerales. Pero además te están diciendo que esa composición es constante y que siempre que bebas esa marca vas a ingerir la misma cantidad de calcio, de sodio y bicarbonato entre otros minerales.

¿Y las aguas pueden curar?

La provincia del Neuquén y Argentina son ricas en aguas termales, que son aquellas cuya temperatura de surgencia es superior en 4 ºC a la media anual del lugar donde se alumbran. No es la temperatura la que las hace especial a estas aguas, sino que su característica de agua mineromedicinal ósea es la mezcla de moléculas de agua con minerales, oligoelementos y otros componentes que le confieren características especiales que la convierten en un agente terapéutico, lo que quiere decir que por medio de investigaciones científicas están demostrados sus efectos en la salud. Ejemplo de esto es Copahue, con más de diez manantiales diferentes de agua termal mineromedicinal, y que podríamos bautizar como el paraíso del agua que cura.

Por todo lo dicho queda claro que, si la magia existe, está en el agua.

María Lorena Vela

“El agua es

llamada el disolvente universal porque

es capaz de

diluir una gran
variedad de

sustancias, tanto inorgánicas como orgánicas”.

María Lorena Vela

Datos

“El agua es
llamada el disolvente universal porque
es capaz de
diluir una gran
variedad de
sustancias, tanto inorgánicas como orgánicas”.

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