“A medio siglo de la dignidad nacional avasallada”

Breve recuerdo de un antagonismo indebido, a la investidura de un honorable argentino que indujeron a desestimar y hoy valoro

En el efímero lapso del 12 de octubre de 1963, al 28 de junio de 1966, (hace medio siglo) fue cuando sin apreciar y defender los valores de la dignidad, perdimos la oportunidad histórica de “ser lo que debíamos ser” (“Serás lo que debes ser o sino no serás nada” J. de San Martín) y nos convertirnos en lo que nos dejaron para los tiempos actuales los apátridas militares y fingidos revolucionarios en estériles luchas fraticidas.

Hace medio siglo, había consumido un tercio de mi vida, “trabajando y estudiando” contando con el apoyo de mi familia, constituida a principios de 1963, oteaba el horizonte, esperando que en nuestro país, no resurgiera “el chichón” sobrenombre del economista que sistemáticamente proponía, “pasar los largos inviernos que debíamos soportar”, cada vez que aparecía, “luego de un golpe cívico militar”, al estado (Álvaro C. Alsogaray) cuestión que indiferentemente, soportábamos, los ciudadanos.

En EEUU, un excelentísimo adalid democráticamente había lanzado la “Alianza para el Progreso” de América latina, pero… lamentablemente, los capitales tejanos, petroleros, se confabulan y eliminan a John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963.

Nuestro “líder”, derrocado en 1955; Juan D. Perón, prometía su regreso en busca de la unidad y pacificación nacional, tras su largo exilio, no obstante un general enquistado en el poder omnímodo, sucesor de quien derrocó a Illia, haciendo jactancia de su soberbia pregonaba que el “cuero no le daba” y el 11 de marzo de 1973, tras 18 años de proscripciones, los argentinos recuperamos; “una pseudo democracia condicionada, por prescripciones y expresamos en las urnas, poniendo fin a una dictadura a la que únicamente puede calificarse de “dictablanda” (s/Felipe Pigna) comparado con el horror vivido a partir de 1976,

El eufemismo “Revolución Argentina”, (SIC) fue impuesto, el 28 de junio de 1966 por el general Onganía y los principales grupos de poder y recordados y vigentes comunicadores sociales, no faltaron las desapariciones, los bastones largos, la censura, las torturas, los fusilamientos (como los de Trelew) y los planes económicos que hacían el beneplácito de los “organismos internacionales” y determinaban el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría de los argentinos”.

Entre el 12 de octubre de 1973, J. D. P. (luego del desengaño del “Tío” Cámpora) asume su tercer mandato democráticamente, con el 62 % (del FREJULI) pero lamentablemente; fallece el 1 de julio de 1974 habiendo logrado la paz social Nacional y un ámbito de confraternidad que el “Chino” Don Ricardo Balbín, líder del radicalismo rubrica con aquel memorable discurso que concluye expresando en sus exequias:

“Este viejo adversario despide a un amigo. Y ahora, frente a los compromisos que tienen que contraerse para el futuro, porque quería el futuro, porque vino a morir para el futuro, yo le digo señora presidenta de la República (María E. de Perón) los partidos políticos argentinos estarán a su lado en nombre de su esposo muerto, para servir a la permanencia de las instituciones argentinas, que usted simboliza en esta hora”.

Recordando ese niño feliz que nos formamos siendo “privilegiados hijos de obreros que nos educaron con la dignidad del trabajo honesto” y en mi caso el solidario y fraterno desempeño como delegado gremial ferroviario de mi padre quiero citar a San Juan Bosco que expresó: “…tengamos muy presente que los niños de todas las edades poseen una cosa en común:… cierran los oídos al consejo y abren los ojos al ejemplo….”

Dr. Arturo H. Illia, hoy añorándolo expreso:¡Gracias por su ejemplo!

Heraldo Ruddy González

Heraldo Ruddy González, Trelew


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