“Actitud extremadamente imprudente e indulgente”

Señores del TSJ de la provincia del Neuquén: les escribo como ciudadano, emocionalmente consternado por vuestra actitud tan extremadamente imprudente e indulgente respecto del tradicional conflicto docente, que todos los años ubica a la sociedad de Neuquén en una situación de confrontación y lucha de pobres contra pobres, quebrando la armonía social. Es ya intolerable vuestra desidia, ya que el principal sentido de vuestra honorable función es comportarse como guardianes de las obligaciones, derechos y garantías establecidas en nuestra Constitución nacional; deben velar permanentemente a fin de que ni el Congreso de la Nación o legislaturas provinciales o concejos deliberantes elaboren y reglamenten leyes u ordenanzas contrarias a las ya establecidas en nuestra ley suprema.

No obstante insisto, en esta loable función que deben ejercer sólo observo una inacción indolente, ya que actualmente este conflicto priva a miles de menores en nuestra provincia del derecho insoslayable que es educarse. Recordemos juntos, por si acaso vuestra memoria se atrofió, que nuestra Constitución nacional establece que la educación, en todo el territorio argentino es: pública, obligatoria, gratuita y laica. Cuatro principios a los que ustedes, como uno de los tres poderes de nuestra república, deben garantizar su fiel cumplimiento. Sin embargo, en todo este tiempo de conflicto, cuya escalada no parece encontrar cima, lo único que observo es un ensordecedor silencio que me desorienta, porque si no hacen cumplir los derechos, si con vuestro silencio y negligencia permiten que se avasallen y sean nuestros derechos constitucionales completamente vulnerados, entonces como pueblo ¿qué haremos? ¿A quién podemos recurrir? ¿Nos avalan si hacemos justicia por motus propio? ¿No sería eso una desangrante regresión al estado primitivo de nuestra especie?

Quizás ustedes no padezcan como nosotros, la mayoría familias con magros salarios que se enflaquecen aún más, cuando al no tener clases nuestros hijos –que “caen” a la escuela pública, pues no podemos financiar una educación privada– debemos contratar a personas que cuiden de ellos en tanto tratamos de cumplir con nuestras labores. Quizás ustedes piensan que el mal no les alcanzará, se sienten tal vez protegidos con sus acaudalados ingresos que les permiten hacer un vallado invulnerable e infranqueable. Tal vez políticamente se encuentren favorecidos depositando toda la responsabilidad y el costo político en el Poder Ejecutivo, pretendiendo descalificarlo, siendo los únicos y auténticos perjudicados nuestros menores, que van terminando el mes de marzo y aún acarician con ternura y cada día con menor expectativa su mochila, cuadernos, cantimplora, que con tanta emoción compraron hace tiempo atrás. Ustedes no tienen el derecho de robarles a nuestros niños su ilusión, ni tampoco hipotecar su futuro privándoles del derecho inalienable que es educarse
–ellos no tienen el derecho a no educarse–.

Señores jueces, deben contribuir a la paz social en nuestra pequeña aldea. Recordemos lo que nos dice Paulo Freire: “La educación es un acto de amor, por tanto un acto de valor”.

Marcelo Francisco Grill

DNI 20.675.828

“Actualmente este conflicto docente
priva a miles de menores en nuestra provincia del derecho insoslayable que es educarse”.

Marcelo Francisco Grill

DNI 20.675.828

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“Actualmente este conflicto docente
priva a miles de menores en nuestra provincia del derecho insoslayable que es educarse”.

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