“Año nuevo… ¿vida nueva?”

A continuación de la tradicional reconciliación que nos debemos cada fin de año (para poco después pelearnos con más ganas) a coro pronunciamos el clásico “Año nuevo, vida nueva”, donde con empatía y júbilo chocamos las copas y nos deseamos muchas cosas lindas.

Todo muy emotivo, encantador, fascinante, pero… ¿alguien puede presumir que con los principios y valores tan “flojitos de papeles” que se tiene puede haber una vida nueva inspirada en la moral y las buenas costumbres? ¿Qué hay –salvo la excepción de rigor– de la comunidad política habitué de la crónica policial? ¿Pueden estos “conciencia cero”, que en opinión de la mayoría convirtieron el Congreso nacional, legislaturas provinciales y concejos deliberantes en una “cueva de ladrones”? ¿Alguno se fue?

En cuanto a las religiones que se deben por entero al bien que construye y el amor que salva, ¿es “vida nueva” lo que muchas de ellas hacen en sus templos cuando sin el menor pudor comercializan la gracia divina por la moneda profana? ¿Tan carenciado está El Creador? ¿Qué extraño no? ¿Se corresponde con el concepto “vida nueva” que la sociedad no haga valer sus derechos para que haya una verdadera división de poderes que ennoblezca la política y reverencie la república?

¿Es “vida nueva” que la inseguridad y el narco reinen en las calles? ¿Se puede llamar “vida nueva” si los “mandamás” de turno no entienden, ni quieren entender, que “gobernar es moralizar”, cuando por un lado prometen “pobreza cero” y por el otro sobreendeudan la patria multiplicando la miseria y el caos social? ¿Es “vida nueva” que por espurios negociados políticos se destruya el medio ambiente, que es la casa de todos?

Si Simón Bolívar advirtió del enorme peligro que representa para la democracia una persona mucho tiempo en el poder, ¿es “vida nueva” que haya reelección de los cargos? ¿Acaso el tiempo y la puesta en la realidad no le dieron la razón? ¿Se considera “vida nueva” la disolución del matrimonio que se lleva puesta la familia y hunde la sociedad? ¿Es “vida nueva” que haya tanto niño huérfano con los padres vivos?

Sobre la baja de imputabilidad de menores, ¿es “vida nueva” permitir que los responsables de esta terrible situación no estén en prisión? Mientras en Brasil funcionarios y empresarios corrompidos en trámites judiciales “exprés” van llenando las cárceles con largas condenas, ¿es “vida nueva” que en Argentina por delitos muchos más graves y sobradas evidencias probatorias en un año sólo hay algunos demorados?

Por último: ¿es “vida nueva” seguir insistiendo con este repudiado sistema de representación política que de la transgresión hizo un culto mayor? Ante tamaño mamarracho antisocial que humilla y compromete, ¿no es demasiado aventurado pretender que haya “vida nueva”?

Vida nueva no es un eufemismo ni mucho menos, ya que simboliza el despertar del majestuoso ángel interior que palpita en nuestra intimidad. Es la bendecida renovación del hombre redimido por la sangre de la Cruz que, al trasladarla al mundo exterior, inexorablemente promoverá un nuevo y delicado orden social exento de corrupción donde la vida, en vez del “valle de lágrimas” actual, sea una fiesta de nunca acabar.

¡A eso sí que bien se le puede llamar vida nueva!

¡Feliz Año Nuevo para todas y todos!

Hugo César Navarro

DNI 7.946.311

“¿Alguien puede presumir que con los principios y valores tan ‘flojitos de papeles’ que se tiene puede haber una vida nueva inspirada en la moral y las buenas costumbres?”.

Hugo César Navarro

DNI 7.946.311

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“¿Alguien puede presumir que con los principios y valores tan ‘flojitos de papeles’ que se tiene puede haber una vida nueva inspirada en la moral y las buenas costumbres?”.

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