“Caso Nisman: ¿qué más falta para embarrar la cancha?”

La carta destacada

¿Qué más hace falta para seguir embarrando la cancha? En página 18 del “Río Negro” del 28 pasado he leído una certera carta del Sr. Manchini de Zapala, ciudad que recuerdo cuando, siendo gendarme en 1956, me impresionaba ver la arena amontonada contra las casas del lado del viento –estaba conociendo la Patagonia–. También recuerdo la orquesta Splendid con Baiocco en el bandoneón y el extraordinario violinista don Edmundo Piemonte, entrañable amigo hoy desaparecido.

Vuelvo al caso Nisman, que gracias a este diario podemos comentar: el fallecido fiscal
–vaya a saber uno finalmente de qué murió– pertenecía a una familia de origen judío (su madre de apellido Garfunkel integraría una importante firma multinacional). El abogado era conocido profesional de la city y playboy en horas de recreación. Fue designado por nuestra Justicia fiscal especial para atender la causa AMIA-DAIA y tal vez por la voladura de la embajada israelita. Se le asignaron oficinas en el edificio de la Av. de Mayo (no en Tribunales), partida para gastos, un staff de personal a su elección –según los medios–, mantenía cuentas en el exterior, a donde viajaba a visitar familiares…

Opino que no debiera nuestra Justicia haber nombrado a Nisman para llevar los casos mencionados, porque proviniendo de familia judía ello podría significarle problemas en el cumplimiento imparcial de sus obligaciones, sabiendo que esa comunidad se halla muy afectada por los hechos en cuestión y es gente que no se queda con los brazos cruzados.

Descubierto el cuerpo de Nisman ya sin vida intervinieron la jueza Palmaghini y la fiscal Fein, y según los medios ya había personas ajenas al caso en el domicilio del fallecido. También la madre de Nisman entró al domicilio sin autorización, y con llave propia abrió la caja de seguridad y retiró documentación que nadie sabe de qué se trataba.

Ahora, a casi dos años de lo ocurrido, resulta que hay versiones de que tanto la jueza como la fiscal nombradas serían apartadas de la causa porque se trata de un caso federal. ¿No tenía superiores Nisman? ¿Los jueces federales jurisdiccionales dónde estaban? ¿Por qué no intervinieron en tiempo y forma? El hecho no ocurrió en un mallín de la Patagonia, fue en un barrio “cheto”, si los hay, a pocas cuadras de La Rosada, con custodia de Prefectura (federal) y de la propia fiscalía de Nisman.

Hay muchos interrogantes con el nuevo agravante del cambio de jurisdicción judicial, etc. Pienso que pueden haber detrás de todo esto oscuros intereses que pueden manejarse –como todo lo que generalmente nos perjudica–allende nuestras fronteras.

Juan Carlos Malgesini

DNI 4.673.429

Juan Carlos Malgesini

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