“Crónica de una muerte largamente anunciada”

Deseamos hacer público el calamitoso estado del río Limay en la zona comprendida entre la represa de Pichi Picún Leufú y su desembocadura en el lago embalse Exequiel Ramos Mexía en cercanías de la localidad de Picún Leufú. Como pescadores y legítimos usuarios del recurso pesca hemos advertido en los últimos años que la consecuencia del mal manejo de los caudales y la escasa por no decir casi inexistente presencia de los organismos de control ha llevado a este ambiente único de categoría mundial como pesquero de truchas marrones migratorias, a un estado casi comatoso. El otrora gran río se ha convertido en un mero canal que sólo sirve para trasladar el agua que se convierte en energía para las grandes ciudades y por ende en cuantiosas sumas de dinero entre represa y represa, sin importar los enormes daños que produce el prolongado lapso en que se deja correr sólo el llamado caudal ecológico seguido de repentinas crecientes, que en cuestión de horas llegan hasta sextuplicar el caudal arrastrando la misma a su paso todo tipo de organismos desde los microscópicos hasta los mamíferos que en gran número habitan este hábitat.

Sumamos a esto el eterno desdén de las provincias de Neuquén y Río Negro, estados que sistemáticamente han dado la espalda a la obligación que les compete como guardianes del recurso, con las excusas de siempre como la falta de presupuesto, de equipamiento o de escaso personal capacitado en esta zona que abarca no menos de 70 km del límite entre las dos provincias convirtiendo al sector en tierra de nadie o en campo orégano para los que no respetan la veda ni el reglamento de pesca. No podemos dejar de mencionar a los ríos Neuquén y Negro de características y condiciones similares sumados a la inmensa cantidad de denuncias, reclamos y muestras de disconformidad recibidos de muchos pescadores de distintos sectores de ambas provincias, como Gral Roca, Villa Regina, Cipolletti, Bariloche, Villa La Angostura, San Martín de Los Andes, Junín de Los Andes, Aluminé y norte neuquino. En pocos días concluirá una nueva temporada para los que cumplimos con las normas que regulan la actividad, pero ¿quién custodiará el río?,¿qué sucederá con las truchas que quedan a merced del furtivismo?, ¿qué ocurrirá con el manejo de los caudales una vez que los pescadores nos hayamos retirado a velar equipos hasta el 1 de noviembre cuando dé inicio la nueva temporada?, ¿otra vez serán estafados aquellos que compran el permiso de pesca obligatorio y cumplen con el Reglamento de Pesca Continental Patagónico?. Es obligación de los estados provinciales cuidar que las normas que ellos mismos dictan sean cumplidas, poner los recursos que sean necesarios a disposición de los organismos pertinentes para que cumplan con el deber de custodia, ¿qué destino se le da a los fondos recaudados por la venta de miles de permisos de pesca cada temporada si no es para proteger los distintos ambientes?. Este recurso renovable, de los pocos que tiene la región para cuando se acaben el gas y el petróleo debe ser estudiado y vigilado con el mayor celo posible, construir este ecosistema le llevó a la naturaleza más de 100 años desde las primeras siembras de salmónidos en la Patagonia, destruirlo y matar a la gallina de los huevos de oro sólo un breve lapso de tiempo.

Actuemos antes que sea demasiado tarde.

Asociación de Pesca con Mosca del Neuquén – Agrupación Mosqueros del Limay -Agrupación Pobres Mosqueros –

Gabriel Distilo

DNI 12880980

Presidente de la Asociación de Pesca con Mosca del Neuquén.

Gabriel Distilo


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