Dolor y pena por el caso Maldonado

El caso Maldonado ha despertado en nuestro país algunas actitudes reñidas con la vida misma, porque desde el principio se quiso y se sigue negando la realidad, desde los más altos funcionarios –llámese Patricia Bullrich–, los opinantes de Cambiemos y sus usinas de información y miles de compatriotas.

“Hippie”, “Roñoso”, “Subversivo”, “Vago”, “Está en Chile”, “Está en el litoral”, “Lo tienen los mapuches”, “Está frío como Walt Disney” y “Sigan buscándolo” son algunas de las opiniones acerca de un ciudadano argentino desaparecido a manos de una fuerza de seguridad que debe justamente brindarnos eso, seguridad, y no salir a cazarnos como animales, porque una mala orden también se puede negar. A quienes dicen “cumplíamos órdenes” les preguntaría: si les hubieran ordenado disparar a un familiar, ¿lo hubieran hecho? Seguramente no. Aquí el dolor y la pena por un ser humano maltratado y vejado, y ahora aparentemente encontrado muerto, en un lugar donde ya se había buscado varias veces, no tiene comparación.

Me pregunto cómo se puede cerrar grietas y reconstruir una sociedad si una parte de ella poco menos dice: “Algo habrá hecho…”.

Jorge L. Fernández Avello

DNI 12.862.056


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