“Don Jaime De Nevares, figura paradigmática”

La foto del lector

El 19 de Mayo de 1995 fallecía don Jaime. Hablar de su inmensa estatura física y espiritual es redundar en palabras. Nacido en Capital Federal, tempranamente demostró interés por la Patagonia al punto de desempeñarse en distintos lugares de su vasta extensión, hasta que en 1961 fue designado como primer obispo de nuestra diócesis neuquina. De Nevares está activamente vinculado con la historia neuquina desde tiempos en los cuales había muchas cosas por hacer. Consciente de que sin entregarse con convicción y espíritu nada hubiera sido posible; su labor significó una apertura sin precedentes de la iglesia a toda la comunidad, ocupándose de sus problemas y sus soluciones; mantuvo, pese a todo, su entereza moral y sus convicciones políticas, cuestión que lo alejó de las simpatías de los gobiernos militares y a su vez lo hizo próximo de aquellos que se hallaban en situaciones sociales conflictivas (como los mapuches o los obreros de la represa del Chocón en 1969). Fue ejemplo de entereza y severidad, así como también de trabajo y honestidad, porque siempre se mantuvo fiel a sus ideales.

Por no ceder ni un palmo de su venturoso camino ni detenerse aunque sea un instante a descansar sus doloridos pies dentro de sus viejos y gastados zapatos, es figura paradigmática de la iglesia neuquina y del país.

El 30 de septiembre de 1961 fue el día que don Jaime arribó a la Diócesis neuquina al ser nombrado primer obispo. Recordemos que provenía de una familia aristocrática del Buenos Aires de principios del siglo XX. Había realizado sus estudios en el colegio del Champagnat, el primero que tuvieron en Buenos Aires los Hermanos Maristas, ubicado en pleno Barrio Norte, al que acudían los hijos de la sociedad porteña ligada a la cultura francesa. Jaime cursó desde cuarto grado hasta quinto año del secundario. En el libro del Padre San Sebastián, encontramos el momento en que le comunican a Jaime su nombramiento como obispo: “Estaba en Viedma jugando al fútbol con los clérigos cuando me llegó un telegrama del Padre Minervini, inspector Salesiano de Buenos Aires que decía que debía presentarme urgentemente en Buenos Aires. Allí me dijeron que el Papa Juan XXIII me había elegido como obispo de la nueva diócesis de Neuquén”.

Recordemos que el mencionado Papa había creado la Diócesis de Neuquén el 10 de abril de 1961. Neuquén era nueva en todo, recién daba sus primeros pasos como provincia. La ciudad capital apenas tenía 12.000 habitantes; se estrenaba Legislatura y Constitución Provincial. La noticia de la llegada del obispo causó gran revuelo en la capital neuquina. El padre Juan Gregui se apuró en concretar la continuación de la construcción del templo que sería la nueva Catedral. Para llegar a Neuquén, por vía terrestre, don Jaime viajó por tren hasta General Roca y desde allí, el 30 de septiembre de 1961, salió en caravana de autos a Neuquén.

El obispo cruzó el puente en un auto abierto, y de pie. Allí estaba todo el pueblo neuquino. Se bajó del auto y besó la tierra. Luego en conjunto siguieron hasta el centro de la ciudad. De allí se trasladó a la Catedral en donde el gobernador Asmar pronunció su discurso de bienvenida; y el Sr. Alberto Domínguez, presidente del Concejo Deliberante.

Sus manos de pastor estarían treinta y cuatro años bendiciendo a sus ovejas neuquinas y a “muchas otras ovejas que no eran de este corral”. Sin dudas, una de las figuras más relevantes de la historia local.

Beatriz Carolina Chávez

DNI. 6.251.256

Beatriz Carolina Chávez


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios