“El juego del bastón”

El juego del bastón (1983- 2017): 34 años de democracia resumidos en un relato. Arranca con el bastón por el centro tirado. A la izquierda, Raúl Alfonsín. Mira hacia atrás, a los costados, acusando temor, pero valiente enfrenta a militares que aún están en el juego gritándole que ellos ya no juegan más. Pero aparecen adversarios que se envalentonan al verlo superar las lineas militares y salen a enfrentarlo apoyados por grupos económicos que le boicotean la jugada, y cuando está por llegar a la línea final cae ante una atroz zancadilla pero con la satisfacción de haber dejado el campo libre para que sus sucesores puedan jugar en una democracia consolidada.

El bastón queda en las manos de Carlos Saúl Menem. Menem se dirige al centro y comienza a avanzar, el público aplaude mientras que los grupos económicos lo rodean para felicitarlo por el camino elegido. Aplaudido por el FMI, comienza a achicar el Estado dejando de lado el proteccionismo por un gerencialismo privatizador y un plan económico que es aplaudido por los ricos y sufrido por los pobres. Las jugadas de Menem, que en principio parecían geniales, comienzan a debilitarse al quedar en evidencia que todo lo que brillaba no era oro.

Enredado en su propio juego, cae Menem y toma el bastón Fernando De la Rúa, quien nuevamente pretende jugar tirado hacia la izquierda sin abandonar el centro. Arranca con demasiada parsimonia y el público lo comienza a abuchear. Esto permite que por el centro se prepare una jugada de varios toques que ante el inminente fuera de juego de Fernando entrará en acción. De la Rúa da dos o tres pasos con el bastón y es echado a cacerolazos abandonándolo y huyendo en un helicóptero.

Arranca entonces esa magistral jugada que se inicia con Federico Ramón Puerta, quien enseguida le pasa el bastón a Adolfo Rodríguez Saá para que éste se lo dé a Eduardo Camaño, que ni bien lo toma se lo da a Eduardo Duhalde, quien ya se había posicionado para avanzar abriéndose camino entre los obstáculos dejados por Menem y De la Rúa mientras que prepara un pase impecable para que lo reciba Néstor Carlos Kirchner ya con el campo en condiciones de avanzar hacia un país mejor.

Kirchner comienza a recibir aplausos ante una nueva esperanza que se instala en el juego. La gran obra se basó en recuperar lo que Menem había vendido y profundos cambios que llevaron una sonrisa a los que menos tienen. Pero entre vivas y aplausos Néstor comenzó a entrar en el juego de dos para mí y uno para vos, llegando al tiempo autorizado para tener el bastón sin haber terminado su obra. Entonces, para continuarla, se lo pasa a su mujer, Cristina Fernández de Kirchner, quien lo toma con tanta fuerza que no se lo pueden sacar en el tiempo correspondiente, jugando otro período más. Ella en su juego se dedicó a repartir la riqueza entre los pobres, pero siempre continuando el juego que le enseñó su marido Néstor del dos para mí y uno para vos.

Así llegó la hora en que sí o sí debía soltar el bastón, pero como el que esperaba para agarrarlo no le simpatizaba no le hizo el pase. Fue entonces que Mauricio Macri, quien esperaba el pase, se lo sacó de las manos y arrancó tirado hacia la derecha.

Hasta acá las jugadas de Macri provocan más abucheos que aplausos, pero veremos cómo continúa su juego.

Diego Lucero

DNI 14.759.691

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