Jubilarse, el paso hacia la infelicidad

Acceder al beneficio de la jubilación ordinaria, para los varones a los 65 años y mujeres a los 60 años de edad, constituye un objetivo “supremo” al que cualquier trabajador aspira después de haber aportado
–durante décadas– al sistema previsional. Pero resulta que este acto sumamente complaciente y anhelado por el empleado viene acompañado de complicaciones que surgen ineludiblemente por el transcurso del tiempo. Inicialmente, porque el jubilado se encuentra transitando la última etapa de su vida, donde debería usufructuar en proporción por la cantidad de años laborados que se mantuvo en actividad. Pero mucha gente no comprende ese estado de plenitud o prosperidad, sino que los años hicieron mella en su integridad física y afloran problemas de salud con padecimientos de patologías que deben ser morigeradas obligatoriamente mediante la ingesta de medicamentos cada vez más onerosos. A veces, éstos suelen tornarse inaccesibles, a pesar de los descuentos paliativos establecidos por la obra social (PAMI) que los agrupa.

Si bien el panorama señalado no resulta alentador, le debemos agregar que algunos iluminados desde los organismos nacionales han expresado que la longevidad ha sido mayor durante las últimas décadas, a la cual evalúan como una cuestión proporcional;
considerar una posible extensión en la edad para el acceso a las jubilaciones. “A mayor longevidad, mayor cantidad de años de servicio”, razonan limitadamente, como si las personas fuesen máquinas.

Este señalamiento, con el agregado de la acuciante situación económica que padece el sector, conforma un panorama nada alentador y repleto de incertidumbres por parte de quienes deberían estar felices disfrutando del esfuerzo realizado en sus vidas. Ellos suelen soportar estoicamente la humillación de no acceder a lo mínimo e indispensable que se requiere para subsistir básicamente en la vida. Por ello, cualquier recorte en el presupuesto nacional puede existir, pero, por favor, que ello nunca afecte a nuestros jubilados.

Miguel Ángel Knecht

DNI 14.727.625

“‘A mayor longevidad, mayor cantidad

de años de servicio’, razonan

limitadamente, como si las personas fuesen máquinas”.

Miguel Ángel Knecht

DNI 14.727.625

Datos

“‘A mayor longevidad, mayor cantidad
de años de servicio’, razonan
limitadamente, como si las personas fuesen máquinas”.

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