“La educación de mi madre, de la cuna a la escuela”

Tengo una madre docente a la cual la vi estudiar y superarse. Con 38 años decidió dejar de lado su comodidad por seguir su vocación: enseñar. Con el paso de los años se recibió, y hoy es felizmente docente.

Hay noches donde la veo corrigiendo hasta tarde, otras veces planificando y otras triste por el rendimiento de algún estudiante. Horas y horas en casa, sumadas a las que da en los CPEM. Trabaja como una leona con pasión y esmero.

Me pregunto yo, aquellos que tanto critican a los docentes, ¿saben cómo es ser uno? ¿Saben cuánto tiempo lleva realmente y la responsabilidad que es? En mi opinión de hijo, ellos no esperan ganar una fortuna, ni hacerse ricos enseñando, sólo pretenden lo que todo trabajador: un sueldo digno, lo cual es un derecho de todo empleado.

El presidente dijo que “Tenemos un problema de educación (…) entre los que caen a la escuela pública”. Corrijo presidente, no tenemos un problema de educación, tenemos un problema de visión, donde se ve a la educación como pérdida y no como inversión. Donde no se reconoce la labor docente y se asfixia la vocación de éstos llevándolos a tener que dejar de trabajar para ser escuchados.

Cuando entendamos esto vamos a poder hablar de otra forma, y quizás hablar de Finlandia y tantos otros modelos; pero mientras no nos hagamos cargo de nuestras escuelas, nuestros estudiantes y docentes no nos hagamos chistes.

No seamos hipócritas, dejemos de criticar a los docentes. Basta de enfrentar argentinos con argentinos. Pongámonos a pensar en el futuro de nuestros chicos, con soluciones de fondo.

Estoy orgulloso de haber “caído” en la escuela pública, la misma que me llevó a la universidad. Cuento algo más: con el tiempo y las vueltas de la vida terminé haciendo una práctica en un CPEM, así, ¡así como mamá! ¡Qué loco! Me tocó pararme un año frente a un grupo de adolescentes y así comprendí y respeté mucho más el trabajo de ella. No fue fácil para mi estar ahí.

Esta es mi opinión, la de un hijo al que un día le tocó hacer el trabajo de su madre y sentirse en su lugar un año. Al que le guste, bien, y al que no,
¡que se vaya a enseñar!

No uno, ni dos días, andá más de un año y después me contás…

Porro Lucas Martin

DNI 3.486.891

“No seamos hipócritas, dejemos de criticar a los docentes. Basta de enfrentar argentinos con argentinos. Pongámonos a pensar en el futuro”.

Porro Lucas Martin