Libertad de prensa quebrantada

Como ciudadana argentina me siento triste y preocupada por nuestra amada Patria. Víctor Hugo Morales es y será un brillante periodista, excelente comunicador social, talentoso y de buen gusto. Quienes gozábamos escuchándolo y aprendiendo, de un día para otro, hemos perdido la posibilidad de hacerlo por su despido del programa televisivo “El Diario”. Era previsible, dijo él. Es dramático, para nuestra República, digo yo; porque uno de sus pilares fundamentales es la libertad de expresión, de raigambre constitucional. Desde las antípodas de su pensamiento, ya nos enseñaba Sarmiento escribiendo sobre las rocas: “bárbaros, las ideas no se matan”. Quizás, a futuro, Víctor Hugo pueda hacer un cuadro que lo dignifique con su expulsión repentina e injusta de los medios de comunicación. El que perdió no fue él sino el Pueblo, sin ninguna explicación ni gratificación.

Alba María Schiavi de van Konijnenburg

DNI: 11470552

La censura es un pecado capital para la salud de nuestra preciada y tantas veces bastardeada democracia.

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