“Luis Cenobio Candelaria:
99º aniversario del Cruce de los Andes”

Se cumple un año más de la histórica travesía del aviador argentino Luis Cenobio Candelaria. A continuación resumiremos su larga trayectoria y vida de nuestro héroe.

El teniente Luis C. Candelaria nació el 29 de octubre de 1892 en Buenos Aires. Hijo de Luisa Micossi y Victorio Candelaria. El apellido es originario de España y sus orígenes se suponen en la Edad Media.

En 1908 su madre solicita su ingreso al Colegio Militar de la Nación poco antes de sus 16 años. Egresa como subteniente de Ingenieros dos años después con calificación de 3,98 entre los 156 aspirantes. En 1914, teniendo 21 años, siempre atraído por la aviación, es fuertemente impresionado por la muerte de Jorge Newbery y en sus exequias se compromete a cruzar la cordillera de los Andes tan pronto obtenga su título de aviador militar, como un homenaje al gran piloto trágicamente muerto en vísperas de intentar la travesía. Dos años más tarde es confirmado como alumno efectivo y rindió su última prueba de vuelo para estar en condiciones de obtener el diploma de aviador militar.

La Primera Guerra Mundial estaba llegando a su fin en Europa y el cruce en avión de las cumbres cordilleranas no ofrecía ninguna protección a los pilotos que permanecían a la intemperie, expuestos al azar del destino meteorológico. Candelaria empezó entonces a observar detenidamente el horizonte. Recuperó un avión llamado Mendoza que se encontraba en un hangar sin hélice y con roturas en su fuselaje y serios daños en el motor. La mecánica general fue confiada a su mecánico Soriano y sus auxiliares.

Cronograma de vuelo, Zapala:

Día 5: salió del Palomar y llegó a Zapala a las 11 am con el aeroplano desarmado en el ferrocarril junto a sus mecánicos.

Día 6 y 7: hizo limpieza y arreglo de la pista con peones contratados (intersección de la avenida que lleva su nombre con la avenida Chaneton).

Día 12: envió al director de la escuela un telegrama solicitando permiso para pasar la frontera.

Día 13: al despedirse, le dijo a su mecánico Soriano: “Si no vuelvo, buscame en la cordillera”. Despegó en lo que fue su primera travesía de los Andes, que finalizó a las dos horas y media.

Había partido a las 15:30 y a las 18 el Morane tocaba tierra chilena. El aparato sufrió desperfectos, pero el teniente Candelaria había cumplido la hazaña que demandaron los 230 kilómetros recorridos con tan sólo 25 años de edad.

Candelaria dijo: “Una vez detenido el aparato, me vi cabeza abajo, colgando de las correas, mientras de las tapas de los tanques salía nafta. Con algunos esfuerzos y colgándome del asiento pude desprender, presuroso, las correas y deslizarme entre el fuselaje y las alas, llegando a tocar tierra con las manos. La primera mano que estreché
fue la del señor Astudillo, que se hallaba acompañado por otras personas. El señor Astudillo no pudo menos que expresarme su admiración, diciéndome ‘Es usted el primero que pasa, señor. Es muy grande lo que ha hecho’”.

Por imposición de su frágil máquina, desafió las bajas temperaturas, las turbulencias violentas de la región montañosa y el desconocimiento del punto de llegada, pero mantuvo firme el timón del Morane.

La crónica histórica nos certifica que las primeras travesías fueron por pilotos argentinos y una de ellas fue por nuestro prócer: Candelaria.

Falleció en San Miguel de Tucumán el 24 de diciembre de 1963, y respetando sus deseos fue sepultado en el cementerio de Zapala. En su tumba fue grabada en mármol blanco una sola inscripción: “13 de abril de 1918”.

Facundo Curaqueo

DNI 36.257.347

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