Nada que esperar

Nada que esperar, sólo la sospecha

por haber dudado de haberte cuidado en esta marea.

Un lobo asustado, un tigre perdido,

diamante astillado, un vuelo en la estepa

caído ese día, en la gran tormenta

de un día que fui.

Nada a perdonar, sólo esa tardanza

de entender que el cielo habita en el alma,

de todas las almas que crucé en mi vuelo.

Hombre agazapado, buscando ese claro,

un niño escondido, en ese placard,

vacío y muy viejo.

El llanto profundo, buscando ese amor

perdido a lo lejos.

Nada que esperar, sólo el brillo intenso

que enciendo en mis pasos,

mientras voy andando bajo el mismo cielo,

un andar sintiendo, descartando el barro

que ocultó aquel sueño.

Un andar más libre, ese paso simple

conformando un mundo más justo

y creíble.

Roberto Savasta

DNI 14.251.572

Roberto Savasta

DNI 14.251.572


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