“No llores por mi Valcheta”

La aparente calma, que presupone un pueblo añejo de la Línea Sur rionegrina, contrasta con los hechos de violencia de los últimos meses. Las fantasías pregonadas desde el poder chocan de frente con una realidad que abruma y desconcierta. Como en aquellas viejas películas del oeste norteamericano la paz se ve interrumpida por la cantidad de crímenes cometidos, los hechos se van sucediendo en una escalada tal que se ha fagocitado al menos dos comisarios en lo que va del mes. Ya no solo es el robo de ganado o el juego, la droga se ha convertido en la estrella, tocando todas las capas sociales, en donde una parte de la juventud abreva su ocio, ciertamente no solo estimulado por los vendedores. La publicidad del oficialismo gobernante se da de bruces ante esta realidad, que castiga a toda la sociedad. Hasta hace poco, esta ciudad no contaba con juez de Paz ni cuenta en la actualidad con un juez de Faltas. Es inconcebible en pleno siglo XXI que un pueblo con historia no tenga control y que sus ciudadanos estén a merced de los que valiéndose de la impericia e impunidad tengan a los vecinos atemorizados por los últimos hechos delictivos. Tanto el Poder Ejecutivo como el Legislativo tienen el deber de dar cumplimiento a las ordenanzas, el deber de guardar la seguridad de todos. Esto no se arregla solo con cambios de comisarios, sin lugar a dudas las modificaciones deben hacerse para que todo cambie y no para ser “gatopardismo”. Esta sociedad se encuentra adormecida por el influjo y por el miedo al poder.

Quienes no entiendan esto habrán, con su silencio, contribuido a estar cada día peor.

Luis César Pérez

DNI 10.106.687

Luis César Pérez

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