Preocupaciones

Nos preocupamos cuando no tenemos certeza de conseguir un logro que deseamos o cuando no sabemos lo que va a ocurrir con algo que nos interesa.

La preocupación es un estado anímico que nos compromete emocional e intelectualmente, produce un desgaste y una incomodidad pero en general no afecta aquello que nos interesa.

Es fútil e innecesario, una actividad ociosa que nos agita el espíritu sin otro resultado que el malestar que causa. “No os preocupéis por el día de mañana. Cada día tiene su propio afán”, Jesús dixit.

Si hay alguna actividad concreta, alguna acción efectiva que afecte los resultados que busca, hágala. Pero no se entregue a reflexiones y conversaciones interiores sobre aquello que no depende de usted, que no está en su poder, ni a su alcance.

Distráigase, dedique su tiempo a tareas edificantes por insignificantes que sean, reúnase con amigos, cambie de sintonía. Agasájese, tome distancia, no deje que su valor como persona se vea empañado y, en todo caso, sírvase estar disponible para ayudar. Pare de sufrir. Deje el asunto en las manos de Dios.

Alberto Félix Suertegaray

DNI 14.169.481


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios