Santiago Casado Diez y el primer secundario privado

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Una vez más quiero evocar la amplia y descollante labor de docentes arribados tempranamente a estas tierras. Uno de ellos fue don Santiago Casado Diez, nacido en 1892 en Valladolid, España. Recibió el título de maestro a los 18 años y tuvo el honor de que su diploma llevase la firma del célebre escritor Miguel de Unamuno.

Don Santiago llegó al país en 1911 y se quedó a vivir en Buenos Aires. Allí fue docente del Colegio Internacional de Olivos.

Su arribo a Neuquén fue en 1914, junto a otro maestro español, don Enrique Rojo, con el que fundó el primer colegio secundario privado, General San Martín, ubicado en la esquina de Avenida Argentina y Carlos H. Rodríguez (frente a la que era la Escuela Nº 2). Daba clases a alumnos del interior.

Las hijas de don Casado recuerdan toda la historia: “Por razones económicas, no se podía sustentar, ya que en las vacaciones corrían los gastos. El colegio fue cerrado”.

Santiago decidió trabajar afuera. Fue nombrado en una escuela de Cipolletti. Diariamente cruzaba a pie por el puente ferroviario, sobre los durmientes. Posteriormente fue trasladado a Ñorquín.

Alrededor de 1920 fue a Chos Malal, donde conoció a quien sería su esposa, Celia Álvarez, y tuvieron prolífica familia: Carlos, Leopoldo, Edgardo, María Celia, María Teresa y Ana Agustina.

Nombrado director, su traslado era a Ranquilco. Pero debido a una fuerte nevada no pudo hacerse cargo inmediatamente. Cuando aminoró la tormenta, comenzó la travesía del traslado: el primer día de viaje, a caballo, llegaron a El Cholar, con las mulas cargadas de equipajes y comestibles. Se hospedaron en la Escuela Nº 31. Al día siguiente siguieron viaje a Ranquilco.

Más adelante pasaron por la escuela de Vilu Mallín, y les comentaron lo difícil que era vadear el río Trocomán, por el gran caudal de agua que traía. A pesar de esto continuaron el viaje y llegaron a la Escuela
Nº 59 de Ranquilco. La casa era una choza: apenas entraba el catre y la puerta era tan pequeña que había que agacharse para entrar. Cuentan las hijas que en el lugar “hacía tanto frío que nuestro padre amanecía con los bigotes escarchados”.

Posteriormente fue ampliando la escuela y construyendo su casa. Su yerno recuerda que plantaban trigo y hacían su propia harina, además tenían su molino y podían tener energía eléctrica.

Cuando el presidente Agustín P. Justo visitó la región, Santiago logró los fondos para la construcción de un cable carril sobre el río Trocomán, frente a la escuela, que permitía a los alumnos cruzarlo. Para hacerse de dinero extra, don Santiago llevaba la contabilidad de un bar ubicado en Olascoaga y Sarmiento.

Las tres hijas mujeres de don Santiago fueron docentes. Estudiaron en Buenos Aires en el Colegio María Auxiliadora de Almagro y se desempeñaron como maestras en diversas instituciones neuquinas: María Teresa, maestra de la Escuela Nº 2, se casó con Gregorio Moreno, un cordobés doctor en Geología que se asentó en estas tierras; María Celia, Beba, dio clases de labores en diferentes escuelas de esta capital, y Ana Agustina, Muñeca, se casó con un italiano, Oroncio Gorgoglione, quien llegó a esta región en 1959, y dio clases en varias escuelas.

Don Santiago Casado se inscribe en el largo listado de docentes que, procediendo del extranjero, apostaron a estas tierras en las que, por aquellos tiempos, estaba todo por hacerse.

Beatriz Carolina Chávez

DNI 6.251.256

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