El San Pablo cambia su fisonomía

El barrio cipoleño tiene cada vez más edificios en altura, lo que genera inconvenientes con los servicios básicos como el agua y las cloacas. La ausencia de obras públicas para resolver estos problemas es uno de los reclamos más frecuentes.

El crecimiento urbanístico obliga a los habitantes del barrio San Pablo a adaptarse a los cambios que originan la llegada de nuevos habitantes a ese sector de la ciudad. Los complejos de departamentos se suman a la gran cantidad de edificios que se construyeron en la última década.

El boom inmobiliario continúa y los habitantes más antiguos aseguran que son múltiples los inconvenientes que se generan en la vida cotidiana. Las quejas apuntan a que ni el municipio ni los organismos encargados de brindar los servicios básicos, como el agua, se adaptaron a este crecimiento. El desborde de cloacas, la falta de estacionamiento y la poca presión en el suministro de agua potable se transforman en los mayores reclamos de los habitantes.

El San Pablo es uno de los primeros barrios de la ciudad y está ubicado a unas pocas cuadras del centro cipoleño, una situación ideal para la construcción de edificios. En las calles, visiblemente deterioradas por el flujo vehicular, se puede notar el paso del tiempo. Esta problemática, al igual que la construcción en alto, llevó a los ciudadanos a realizar innumerables asambleas, el año pasado.

Angelina Lagos vive en el barrio desde hace 60 años y es una de las tantas personas que participaron de esos encuentros. “Recién por la tarde el agua llega con fuerza”, reclamó la mujer. Frente a su vivienda, se observan tres grandes torres de departamentos que cuentan con un servicio de pileta. “El día que la llenan no tenemos agua”, agregó Angelina.

La responsabilidad, dice, es de Aguas Rionegrinas (que brinda el servicio) ya que no “amplió la capacidad de las redes”. La falta de cocheras es otra de las problemáticas. Los propietarios de los edificios no toman en cuenta este detalle y eso deriva en que muchos automovilistas, ante la falta de espacio de estacionamiento, dejen sus autos en lugares no permitidos. Es por eso que muchos vecinos optaron por colgar los carteles de “prohibido estacionar”.

A unas pocas cuadras, sobre la calle San Martín, reside Renata Alessandrini. Vive ahí desde hace más de 50 años y al igual que muchos de sus vecinos se transformó en testigo del crecimiento del barrio. Su casa está unos metros de una reconocida clínica.

Muchos de los autos que se estacionan en los alrededores pertenecen a los pacientes que se acercan a ese centro de salud pero también a los consultorios médicos.

Las familias coinciden en que el desborde de cloacas es una de las grandes problemáticas ya que varias veces al año padecen este problema.

“La tierra toma valor en relación a las posibilidades de edificación, y las viviendas que están construidas lo pierden”.

Roberto Bianchi, director de Desarrollo Urbano.

Datos

“La tierra toma valor en relación a las posibilidades de edificación, y las viviendas que están construidas lo pierden”.

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