Evitar que Cipolletti se inunde requiere obras millonarias

El Municipio presentó el estudio que realizó un técnico de la Universidad del Comahue. “Si no se toman medidas va a seguir sucediendo”, alertó Raúl Rapacioli.

Resolver el problema de las inundaciones en Cipolletti demandará obras que, según estimó el intendente Aníbal Tortoriello, serán millonarias. Dos diques de contención en las cuencas aluvionales sobre la zona de bardas hacia el norte del ejido urbano y un canal que conduzca el agua de lluvia hasta el principal desagüe de la ciudad, es la propuesta que surgió de un estudio que elaboró la Universidad Nacional del Comahue.

El viernes, el ingeniero Raúl Rapacioli presentó las conclusiones de la investigación que se denominó “Caracterización hidrológica y anteproyecto de las obras de control y manejo de los escurrimientos en cuencas aluvionales incidentes en sectores del sistema pluvial de la ciudad”.

Realizó una detallada presentación que incluyó una advertencia: “Si no se toman medidas va a seguir sucediendo lo que pasó en las últimas lluvias”, dijo respecto a las dos inundaciones que sufrió la ciudad en 2014 y 2016. Antes, mostró con números y simulaciones matemáticas, la imposibilidad que tiene el sistema de desagües pluviales cipoleño de hacer frente a precipitaciones intensas como las que ocurrieron y que anegaron gran parte de la ciudad.

Rapacioli determinó que hay cinco cuencas aluvionales que influyen en el sistema de drenaje y que su escorrentía –en caso de precipitaciones mayores a 40 milímetros, en un lapso de tres horas– llega sin ninguna contención a los desagües, principalmente al PII. Sobre este canal, “el cuello de botella”, también informó que tienen problemas para su limpieza ya que la zona urbana avanzó muy cerca de su cauce.

“Es necesario contener la escorrentía de las cuencas del norte, manejarlas y conducir el agua a un lugar donde no generen inconvenientes”, explicó Rapacioli, que es director del laboratorio de Geomática Ambiental de la UNC. Propuso la construcción de diques que actúen como atenuadores de crecidas: uno de 1.500 metros de largo en la cuenca noroeste y otro de 1.000 metros en la noreste. Ambos de una altura cercana a los 10 o 12 metros. Para conducir el agua hasta el desagüe PII se debería realizar un “canal de guardia” de unos 15 kilómetros de largo.

Al término de la presentación, Tortoriello reconoció que el informe fue el primer paso para entender las causas de las inundaciones pero que ahora es necesario avanzar en los proyectos ejecutivos.

“Estamos decididos a seguir con gestiones ante la Provincia y la Nación para resolver el problema”, aseguró y reconoció que las obras planteadas “son millonarias” y están fuera del alcance del presupuesto municipal.

El municipio invirtió cerca de 90 mil pesos en el estudio.

Limpieza de los desagües

El Municipio cipoleño contrató el servicio del Consorcio de Regantes para realizar la limpieza de los dos desagües principales de la ciudad: el PII y el Curri Lamuel, trabajos que permitirían atenuar el impacto de una tormenta. El crecimiento del área urbana sobre ambos canales generó el achicamiento de sus cauces y la disminución de su capacidad hidráulica de evacuación.


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