De técnico y comerciante a pintor

De ser un exitoso comerciante en el rubro de la iluminación, pasó a exponer pinturas en las salas de la ciudad. No desea transmitir un mensaje con sus telas pero sí busca generar sensaciones. El arte como una necesidad de autorrealización.

El arte, como parte de la cultura, se cultiva generalmente en los ámbitos académicos, pero desde sus orígenes, surgió como una necesidad de conectarse con otros sentires y creencias. Aldo Buffolo es mayormente conocido en la ciudad por sus labores en la iluminación pero, desde hace unos cuantos años, viene desarrollando una rica producción de pinturas, y de manera evolutiva realizó series de cuadros y exposiciones, además de participar en una muestra en España.

“No es casualidad que uno desemboque en el arte. Tener a tus viejos apegados a la artesanía con el hierro y la madera hace que te atrevas”, dijo y recordó que tras ver a Penélope Cruz, pintando alocadamente en su atelier durante la película de Woody Allen “Vicky Cristina Barcelona”, le confesó a su pareja el deseo de incursionar en la pintura. “Bicha, la mujer, dos o tres fines de semana después, para el día del padre, apareció con un atril y un bastidor. Yo desempolvé mi cajita de pinturas y acrílicos y sin esperar nada me puse a pintar. Me salió algo que me provocó cosas, fui a buscar otro bastidor e hice uno nuevo, y así el día de hoy no paro”, relató algo emocionado.

Se define a sí mismo como un técnico, debido al heredado trabajo en el rubro de la iluminación, que sigue desde sus 23 años. “Yo soy un técnico, cuadrado como un cubo, es todo lógico para mí”, argumentó para explicar la necesidad de pintar y de expresarse mediante ese soporte.

“Encontrarme con esta faceta me permitió tener la oportunidad de una cosa paralela, mi mundo, un mundo en el que me sumerjo y todo el resto desaparece, es como encontrarse a uno mismo”, confesó.

Con la figura humana como marca personal, fue forjando un estilo y una identidad como artista. La técnica no es algo que le preocupe demasiado, e inclusive aseguró que lo aleja de aquello que busca en el arte: “La verdad lo que me divierte es hacer lo que me sale y me apasiona, y fui por ese camino. Siempre se va incorporando técnica, pero dentro del estilo propio”, aclaró. Sus telas denotan la pasión por los instrumentos musicales, por las ciudades y paisajes urbanos, y finalmente, el tema que lo atravesó durante más de un año y medio: la mujer. Con una serie de 27 cuadros de la A a la Z, llamado “Damas”, fue nombrando a cada rostro en base a sus percepciones y sensaciones. “Cuando comencé a dibujar rostros me salían como una carita de tercer grado. Empecé a intentar aprender y cada vez que hacía uno, me salía la cara de una mujer”, reconoció. De la carbonilla y la acuarela, pasó luego del pincel a la espátula, técnica que hoy lo ocupa casi por completo.

“Siempre estuve cerca de lo artístico, hice cosas con madera y con hierro. Viene de ver a mi padre soldando o trabajando madera”,

explicó Aldo Buffolo sobre el origen de su pasión por la pintura.

Desde que comenzó a pintar en el 2011, pasó por la carbonilla y la acuarela. Luego fue
del pincel a la espátula, técnica que hoy lo ocupa casi por completo.

Sergio Buffolo, el padre de Aldo, llegó al país en los años 40. Un italiano del norte que vino al país para trabajar en Industrias Patagónicas (Indupa) en la electricidad. Había tomado el oficio de su nono, que trabajó durante la guerra mundial para el proveedor eléctrico de Italia. Cuando desembarcó en la Patagonia, el Alto Valle comenzó a electrificarse, acompañando el desarrollo de la fruticultura.

Chacras, empacadoras, frigoríficos, rutas, todo requirió a un técnico. Así, años después fundó la tienda que lleva ya tres generaciones trabajando en la ciudad y abrió sus puertas en el año 1953. Aldo abandonó en tercer año la carrera de Ingeniería electromecánica para dedicarse de lleno al comercio y la iluminación, acompañando a su padre. “El rubro comercial tiene una cuestión social interesante, el mercader solía decir mi padre, esta cosa de acercarte y asesorar a la gente”, graficó.

Desde el año 2011 comenzó a dedicarse a la pintura y lleva más de 200 obras, muchas de las cuales fueron comercializadas.

Datos

“Siempre estuve cerca de lo artístico, hice cosas con madera y con hierro. Viene de ver a mi padre soldando o trabajando madera”,
Desde que comenzó a pintar en el 2011, pasó por la carbonilla y la acuarela. Luego fue
del pincel a la espátula, técnica que hoy lo ocupa casi por completo.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios