Las demandas son lo único que sobra en la zona rural

Falta de agua corriente o potable, poco transporte, calles destruidas y escasa presencia municipal aquejan a los habitantes de los barrios más alejados. Ahora el tema de la leña es acuciante.

Llovizna en Cuatro Esquinas y Norma Espinoza sale a caminar en busca de leña para calefaccionarse. Es nacida y criada en el noroeste cipoleño, en donde predominan las chacras, las arboledas y los animales de granja.

Cuatro Esquinas es uno de los veinte barrios que componen la zona rural de la ciudad. La gran distancia que los separa de la ciudad les brinda tranquilidad pero también les genera varios inconvenientes en cuanto a los servicios.

Contar con mayor accesibilidad en el suministro de agua potable, transporte y asistencia social se transforma en una demanda recurrente de una mayor presencia municipal en esos lugares alejados de la urbe cipoleña.

“Yo iba a los talleres municipales pero desde que entró (Aníbal) Tortoriello ya no se dictan más”, dice Norma mientras mira hacia afuera desde su ventana. Tiene 58 años y toda su vida residió en Cuatro Esquinas. Hasta hace un tiempo asistía a una gran cantidad de cursos como tallado en madera, costura, tejido y macramé pero desde que empezó la actual gestión municipal no los dictaron más por falta de espacio, explica.

“Antes se dictaban en diferentes lugares pero como acá no hay centro comunitario, los dejaron de dar”, dice mientras se lamenta. “Ojalá los volvieran a dictar”, agrega mientras toma un leño para calentar la vivienda.

Norma tiene seis hijos pero solo uno de ellos eligió quedarse en Cuatro Esquinas. Ahí no hay agua corriente y en algunos sectores tampoco hay agua potable. La calefacción es a través de garrafas o estufas a leña. Para poder calentarse tiene que salir a buscar madera a las chacras o a la calle porque hasta el momento las bolsas del Plan Calor no fueron repartidas en ese sector, asegura la mujer.

La distancia con Cipolletti no solo se nota en la cantidad de kilómetros sino también en otro tipo de cosas.

Para hacer las compra de alimentos en cantidad tiene que esperar que vaya algún allegado porque el colectivo no ingresa al barrio y para llegar hasta la parada, que está ubicada a la vera de la ruta 151, hay que caminar alrededor de cinco kilómetros.

Las cerca de 30 familias que viven allí cuentan con un centro de salud, que brinda asistencia semanalmente. Pero en lo que va del año ningún asistente social pasó por la casa de Norma. Ella vive con su compañero que supera los 60 años y que sufre una afección en sus intestinos.

Su nieta, Miriam Aroca, reclama por el servicio de transporte. “El colectivo pasa cada una hora y media y si está lleno no te levanta”, dice la joven. Ella también eligió ese lugar para vivir junto a su marido Luciano Reinique. El acceso al agua corriente es uno de los pedidos más urgentes en Cuatro Esquinas, al igual que la asistencia social del municipio.

María Elvira

En otro sector de la ciudad, en la zona sur, a varios kilómetros de la ruta 22 se encuentra el barrio María Elvira. Las piedras que forman el camino que conduce al sector se las ve cubiertas de un líquido rojizo. Dicen los lugareños que lo puso la municipalidad para que se compacten en mayor medida al suelo. Es lo único que ven en las calles que ha hecho la gestión municipal, asegura José Luis Britos, porque las máquinas no recorren la zona desde hace tiempo. “Las máquinas no pasan desde que entró (al gobierno) Tortoriello”, aseguran.

Su padre, Ambrosio, coincide con él. Pide que el gobierno municipal se acerque más a la gente. “Hay personas que necesitan y vemos que se le pone muchas limitantes”, agrega el hombre, que habita en María Elvira desde hace varios años. Explica que se ponen muchas trabas para usar el centro comunitario o que la cantidad de bolsas de leña que entrega el municipio bajó en relación a años anteriores. “Antes nos entregaban ocho bolsas por familia y ahora solo cuatro, durante tres meses”, remarcaron.

Su vecino, José Sandoval, asegura que la presencia municipal es necesaria. Son varias las falencias que se ven a diario en el lugar. Los caminos rurales “son un desastre” la circulación se torna dificultosa, las calles demandan luminarias, sobre todo en el ingreso desde la ruta. “Acá hay muchas necesidades, como la leña y el agua”, remarca José.

Tres Luces

Un par de kilómetros hacia el este se encuentra Tres Luces. Allí vive Carolina Espíndola, una joven que está a punto de ser madre. Mientras señala su vivienda explica que vive con su suegra, que tiene una discapacidad, y que por esto le corresponde contar con la entrega del leña del plan municipal. Sin embargo, ya empezó mayo y la distribución de las bolsas aún no se concreta. “Se corre el comentario que se va a sacar el plan, no sé si es así”, dice con cierto grado de preocupación.

Hasta el momento no fue a ningún taller municipal pero asegura que estos sí se dictan en el barrio. Más allá de todo, para ella es necesario reforzar la seguridad, las luminarias y mejorar la recolección de residuos en el sector. “Estamos re abandonados, acá no pasa nadie (…) No se ven obras”, asegura con firmeza.

La magnitud del tema

Una de las grandes preocupaciones por estos días es la entrega municipal de leña, que todavía no comenzó, y el temor añadido de que el recorte los perjudique.

“Se corre el comentario que se va a sacar el plan (de entrega de leña), no sé si es así”.

Carolina Espíndola, del barrio Tres Luces.

“Hay personas que necesitan y vemos que se les ponen muchas limitantes. Antes nos entregaban ocho bolsas (de leña) por familia y ahora sólo cuatro”.

Ambrosio Britos, del barrio María Elvira.

“Yo iba a los talleres municipales pero desde que está (Aníbal) Tortoriello ya no se dictan más. Como acá no hay centro comunitario, los dejaron de dar”.

Norma Espinoza, nacida y criada en Cuatro Esquinas.

Michi Michi no figura como tal en el mapa de catastro. Para llegar hay que atravesar Ferri y sortear dos puentes precarios hechos con tablones.

Datos

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barrios de Cipolletti se hallan ubicados en zona rural, bastante alejados del centro y con carencia de servicios.
Una de las grandes preocupaciones por estos días es la entrega municipal de leña, que todavía no comenzó, y el temor añadido de que el recorte los perjudique.
“Se corre el comentario que se va a sacar el plan (de entrega de leña), no sé si es así”.
“Hay personas que necesitan y vemos que se les ponen muchas limitantes. Antes nos entregaban ocho bolsas (de leña) por familia y ahora sólo cuatro”.
“Yo iba a los talleres municipales pero desde que está (Aníbal) Tortoriello ya no se dictan más. Como acá no hay centro comunitario, los dejaron de dar”.
Michi Michi no figura como tal en el mapa de catastro. Para llegar hay que atravesar Ferri y sortear dos puentes precarios hechos con tablones.

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