Seguirá libre tras condena de 5 años de prisión por abusar de una niña

La Cámara Primera en lo Criminal de Cipolletti dictó hoy una condena de 5 años de prisión efectiva por abuso sexual agravado por el vinculo y la situación de convivencia. La madre de la víctima constató que el hombre imputado realizó tocamientos a su hija, que en aquel entonces tenía 6 años. El Tribunal de la Cámara estuvo presidido por el camarista Álvaro Meynet, y los vocales fueron los jueces Alejandra Berenguer y Julio Sueldo.

Desde la fiscalía no pudieron precisar concretamente la fecha en la que ocurrieron los episodios de abuso y explicaron que “en fecha no determinable con exactitud”. Sin embargo aseguraron se dieron antes del 13 de agosto de 2014.

En la sentencia arribaron a “la conclusión de que el relato de la niña es creíble desde el punto de vista social”, y alegaron que “están presentes los cinco primeros indicadores más algunos externos al relato”. En ese sentido explicaron que “los primeros están relacionados a las características generales a la cognición, la estructura del lenguaje, del contenido lógico, principalmente de acuerdo a las capacidades relacionadas al psiquismo de la niña”. Concluyeron que “el relato de la niña tiene estructura lógica” y sostuvieron que “se basa en hechos concretos conforme a su edad, edad en la que no puede hacer construcciones elaboradas”.

El imputado está actualmente en libertad, situación que continuará de ese modo hasta que la sentencia quede firme. No obstante, el Tribunal mantuvo las pautas de conducta que fueron impuestas, como por ejemplo fijar un domicilio en el radio del Tribunal y no mudarlo ni ausentarse, comparecer las veces que se lo requiera y no tomar contacto con ningún miembro de la familia de la menor.

Al momento en que se determinó la pena, los jueces tuvieron en cuenta “la naturaleza, modalidades y consecuencias de los hechos atribuidos al procesado”, destacaron y agregaron que se tuvo en cuenta “la especial vulnerabilidad de la víctima generada en su corta edad”, sumado a “que el imputado había generado un alto grado de confianza con la niña no solo al reconocerla como su hija”. Además consideraron las condiciones sociales, los medios de vida y la educación escolar y la falta de antecedentes penales.