Ahora le falta armar un equipo

Es Boca y siempre hay que ganar. Por eso la cabeza está ya en la Copa Libertadores, el gran y verdadero objetivo. Es un buen argumento para pensar que el campeón aflojó y por eso terminó empatando 2-2 el miércoles contra Olimpo, un rival modesto, que lucha por evitar el descenso. Pero, sabemos, ese partido reflejó acaso lo que también fue Boca a lo largo de toda la campaña. Mortal en ataque (llegó a los 60 goles), un flan en defensa.

Es cierto, podría decirse que Boca, además del más goleador, tiene también una de las defensas menos batidas (24 goles en contra). Pero todos sabemos que por algo el DT Guillermo Barros Schelotto debió cambiar toda la línea defensiva. Y que sigue disconforme, al punto que se anuncian refuerzos en esa área pensando siempre en la Libertadores. ¿Podemos decir por eso que Boca “sale campeón hasta cuando juega mal”, como escribió uno de sus periodistas seguidores? ¿O que será un campeón que nadie recordará?, como afirmó otro colega.

Otro colega lo calificó directamente de “campeón fantasma”. Jugó con la desafortunada burla de algunos jugadores de Boca a River por el descenso, esa salida del hotel envueltos en sábanas, que incluyó hasta a un dirigente. Todo en medio de insultos a River. Fue lo primero que cantaron los jugadores apenas los enfocó la TV en Bahía Blanca donde siguieron la derrota de Banfield. El Taladro, que precisaba ganar, resignó toda chance en un duelo (0-1 ante San Lorenzo) en el que disparó una vez al arco. Toda una señal.

¿Acaso debería ser Boca responsable de la mediocridad ajena? ¿De que también River (con el atenuante de que tuvo en el medio competencias internacionales) decayó justo cuando parecía que le amargaría la fiesta? Campeón legítimo (de eso no hay duda) y que siempre buscó atacar (allí están los 60 goles), Boca desnudó buenas intenciones, claro, pero las concretó pocas veces. Cuando lo hizo, jugó inclusive minutos para entusiasmarse. Demasiado poco ahora que los torneos han vuelto a ser largos. Le alcanzó con eso. Estaba más obligado que River y tiene dinero como casi nadie para armar el mejor equipo. Al Mellizo todavía le está faltando eso: armar un equipo.


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