Anabólicos para la campaña electoral

Mirando al sur

Ninguna medida oficial adoptada meses o semanas antes de una elección en la Argentina puede ser atribuida a la casualidad: por lo general, es la ventaja con que cuentan los oficialismos en cualquier jurisdicción para mejorar el clima socioeconómico y, obviamente, sus chances de sumar votos.

A nivel nacional el gobierno de Cambiemos no parece ser la excepción a esta regla, pese al título de su alianza política. Si se repasan varias decisiones anunciadas antes y después de las PASO de agosto, es inevitable concluir que son “anabólicos”, ya sea para tonificar el consumo, facilitar el acceso al crédito, postergar malos tragos con las tarifas de servicios o reforzar partidas de las obras públicas más visibles para los votantes. Todo con la mira en las elecciones legislativas del 22 de octubre.

La gran diferencia con la era kirchnerista es que ninguna es propagandizada a través de la cadena nacional de radio y televisión. Y hasta algunas son difundidas tan escuetamente –vía Twitter– que pueden pasar inadvertidas, salvo en los contados casos en que se recurre a la publicidad convencional para apuntalarlas.

Quizás una de las decisiones con mayor impronta K y menor difusión sea el acuerdo firmado hace tres meses entre el Banco de la Provincia de Buenos Aires (Bapro) y la asociación que agrupa a las grandes cadenas de súper e hipermercados (ASU), por el cual quienes pagan el segundo miércoles de cada mes en esos locales con tarjetas emitidas por el Bapro reciben un descuento de 50% en sus compras con un tope de 3.000 pesos. El beneficio para los clientes de hasta $ 1.500 se deduce del resumen de cuenta y es absorbido en un 30% por la entidad financiera. No hace falta demasiada suspicacia para advertir que el grueso de los clientes del Bapro está en el decisivo distrito electoral bonaerense, donde en las PASO se impuso Cristina Kirchner por un ajustado margen y ahora el oficialismo tiene buenas chances de revertir ese resultado. Para más datos, el acuerdo con los supermercados finaliza el 31 de octubre, o sea, días después de las elecciones.

Ese mismo día vence otro plazo, aunque luego de una prórroga oficiosa de un mes. Se trata de la televisación gratuita de todos los partidos de la nueva Superliga de Fútbol por el sistema convencional (SD), a diferencia del HD (alta definición) que desde fin de agosto requiere de un abono de $ 300 mensuales.

Según directivos de las empresas Turner y Fox Sports –adjudicatarias del contrato con la AFA– dicha prórroga estaba contemplada pese al comienzo de la suscripción de los abonos. Pero si era así casi nadie lo sabía, al igual que el criterio para seleccionar los cuatro partidos por fecha que se televisarán gratuitamente por SD a partir de noviembre.

Será el fin gradualista del controvertido Fútbol para Todos, que provocó una millonaria transferencia de fondos públicos a los clubes de primera división sin que la mayoría de ellos redujeran sus déficits ni rindieran cuentas.

Los créditos hipotecarios

Un indudable acierto del gobierno de Mauricio Macri fue el impulso a los créditos hipotecarios a 30 años de plazo indexados por UVA (equivalente al IPC nacional), con cuotas iniciales similares a las de un alquiler. Estos préstamos para la compra de vivienda motorizados por la banca oficial (a los que se sumaron varias entidades privadas) reactivaron el mercado inmobiliario y la construcción privada a tal punto que en un año totalizaron
$ 27.500 millones y acumularon un crecimiento cercano al 64%. Ahora acaba de sumarse el Procrear Joven como política de vivienda social para beneficiarios de 18 a 35 años, por puntaje, con ahorro previo ($ 60.000) y un subsidio no reembolsable de hasta $ 200.000 para la adquisición de viviendas de hasta $ 1,2 millón. Pero con un cupo inicial de hasta 40.000 beneficiarios, que está siendo superado por una demanda cinco veces mayor.

Más allá de estas líneas, el boom del crédito se convirtió en otro anabólico para la actividad económica pese a la política de dureza monetaria del Banco Central.

En septiembre se registraron importantes alzas interanuales en préstamos prendarios (71%), personales para consumo (57%) y comerciales (49,4%), muy por encima de la inflación y sin incluir los que otorga la Anses (créditos Argenta) a jubilados y titulares de la Asignación Universal por Hijo.

Las malas noticias para los consumidores vienen después de las elecciones, tras la postergación de los aumentos en combustibles (5/ 8%) y el cronograma de ajustes en tarifas de electricidad (25%), gas natural (30%) y Aysa (15%).

Incluso abarcará al transporte en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde el boleto mínimo de colectivo está congelado en 6 pesos desde hace 16 meses.

Como otros gobiernos, el de Macri adoptó medidas para tonificar el consumo, facilitar el acceso al crédito, postergar malos tragos con tarifas o reforzar obras públicas visibles.

Datos

Como otros gobiernos, el de Macri adoptó medidas para tonificar el consumo, facilitar el acceso al crédito, postergar malos tragos con tarifas o reforzar obras públicas visibles.

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