Bienvenidos al mundo

A días de su visita a los Estados Unidos, había una noticia más incómoda para Mauricio Macri que la renuncia del embajador Martín Lousteau. El bombardeo a Siria es una piedra en el zapato para el presidente antes de su encuentro –será, inusualmente, informal– con Donald Trump en la Casa Blanca, el próximo jueves 27. Peor que eso: la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, advirtió el viernes que Washington dio una respuesta “muy mesurada” al ataque químico contra una ciudad rebelde del que responsabiliza al régimen de Assad. Y anticipó que su país “está dispuesto a hacer más”. Podría querer decir que aún no hemos visto lo peor de una guerra que cumplió seis años y lleva contados más de 320 mil muertos y millones de desplazados; una tragedia moderna. Bienvenidos al mundo.

La acción unilateral de Trump representa un giro dramático en su política exterior, dominada en sus primeros meses en la presidencia por el aislacionismo, una vieja doctrina de las relaciones internacionales estadounidenses en ocasiones tanto o más peligrosa para el resto del mundo que el intervencionismo. La decisión, un acto “instintivo” de Trump ante el espectáculo de las víctimas civiles de Khan Sheikhun (así lo dijeron sus defensores), no ha tenido autorización del Congreso de los Estados Unidos ni mucho menos del Consejo de Seguridad de la ONU. Nadie sabe qué derivaciones tendrá. “No hay evidencias de que el presidente Trump haya pensado en las implicancias del uso de la fuerza o en qué sigue después”, advirtió un artículo editorial de ayer de The New York Times. Allí sólo se habla de “improvisación”.

Esas mismas dudas se han visto reflejadas en el comunicado sobre la situación en Siria que difundieron el viernes los cancilleres de la Argentina, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú y Uruguay, reunidos en Buenos Aires en el marco de un encuentro Mercosur-Alianza del Pacífico. El documento manifiesta previsiblemente la preocupación ante la escalada de violencia en Siria y condena el uso de armas químicas. Pero es bastante más que prudente en relación a la intervención de EE.UU. en ese lodo: dice que las acciones en respuesta a las atrocidades del régimen sirio “deben ser respaldadas por toda la comunidad internacional” y exhorta a las partes, “incluyendo a los actores con influencia en la región, a ejercer la mayor prudencia para evitar una escalada”. El texto no alude en ningún momento a los Estados Unidos ni a su intervención militar. Fuentes de la Cancillería aseguran que el párrafo lleva elidida la mención a Washington, pero reconocen serias dificultades para llegar a un documento consensuado con la región. Lo único que resulta claro en el documento es el desconcierto de sus signatarios.

El mundo ha sido hasta ahora una fuente de buenas noticias para el presidente. Incluso con el imprevisible factor Trump, podría seguir siéndolo. Embajadores de la UE mencionaron esta semana en un encuentro privado en Buenos Aires el extraordinario impacto de la reciente visita de Estado de Macri a Holanda y reiteraron el interés de empresas europeas en invertir en el país. “Creció quinientas veces”, dijo uno de ellos. Anticipan además una próxima resolución para el acuerdo Mercosur- Unión Europea, en el que la cuestión agrícola sigue siendo obstáculo. “Se firma o se da por liquidado. No se puede estar 15 años negociando”, sostienen. Hay en confección una robusta agenda europea para el presidente después del 22 octubre, fecha de las elecciones.

El primer paro nacional de la era Macri convocado por los gremios peronistas ha dado, contra lo que podía esperarse, una de las grandes satisfacciones al gobierno. El presidente lanzó al día siguiente un desafío a los gremios y al kirchnerismo a resolver las diferencias en las urnas. No sólo se siente fortalecido por la marcha de adhesión del sábado 1º, que obligó a todos los actores a revisar el escenario. Macri advierte que ha superado un umbral: el gobierno activó su protocolo de seguridad y desalojó los piquetes en uno de los principales accesos a Buenos Aires, garantizando la circulación. En una sociedad en la que muchos parecen desconocer que el Estado ejerce el uso legítimo de la fuerza, el gobierno debió persuadir hasta a la Gendarmería de la necesidad de reprimir un delito en flagrancia. Vacilantes, los gendarmes consultaron con la jueza federal de turno, Sandra Arroyo Salgado, antes de actuar.

El bombardeo a Siria es una piedra en el zapato para el presidente antes de su encuentro con Trump. Peor que eso:
EE. UU. ha dicho que está dispuesto a más.

Esas mismas dudas se han visto reflejadas en el comunicado sobre la situación en Siria que difundieron el viernes los cancilleres de la región, reunidos aquí.

Datos

El bombardeo a Siria es una piedra en el zapato para el presidente antes de su encuentro con Trump. Peor que eso:
EE. UU. ha dicho que está dispuesto a más.
Esas mismas dudas se han visto reflejadas en el comunicado sobre la situación en Siria que difundieron el viernes los cancilleres de la región, reunidos aquí.

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